Quien plagia una obra artística o intelectual, minúscula o extensa, no se respeta a sí mismo, y menos al autor original y a su público. Es un fraude que equivale a colocarse una máscara de vedette para recibir aplausos y reconocimiento.
Tal atrevimiento, siempre ha existido y es, hasta la fecha, tentación y manjar de aquellas mentes superficiales y mediocres que, igual que los zánganos, viven de lo que otros producen porque ellos, dentro de su estulticia, pereza mental o insignificancia, son incapaces de emprender algo extraordinario.
El plagio de textos, en internet, es práctica cotidiana en todo el mundo, como antaño lo fue entre quienes copiaban y robaban fragmentos u obras completas de documentos y libros, para presentarlos como de su autoría y obtener beneficios personales, desde calificaciones escolares y “aportaciones” de ideas en sus centros laborales, hasta con la intención perversa de engañar a sus lectores con la idea de que tienen capacidad y talento.
Hoy, el internet facilita a los raptores de obras, totales o parciales, en sus fechorías. Se trata de actos que resultan inmorales e ilícitos; sin embargo, la tecnología actual los delata y coloca en el sitio vergonzoso que merecen. Finalmente, el mismo medio que utilizan para robar, los delata. El maquillaje se desvanece y quedan al descubierto.
Como escritor y periodista, siempre me he respetado. Respeto a mis lectores y mis obras, independientemente de que sean libros o publicaciones cotidianas en los medios de comunicación. Mi primer libro fue publicado cuando tenía 20 años de edad; además, ejerzo el periodismo con ética y responsabilidad desde hace tres décadas.
En consecuencia, hoy denuncio públicamente, a través de los medios de comunicación, las redes sociales y mi espacio oficial como escritor y periodista, santiagogaliciarojonserrallonga.wordpress.com, el plagio parcial de mi texto “Gota de agua”, por parte de la administradora y propietaria del blog “Estaba en un cajón”, quien le cambió el título por “Somos agua”, idea que planteo en esa obra.
Ella, la bloguera, raptó tres párrafos de los 102 que componen mi texto “Gota de agua”. La publicación que hizo de tres párrafos de mi texto, con las fallas naturales del traductor, se encuentran en francés; yo lo hice en castellano.
Generalmente, mis publicaciones cuentan con el respaldo legal de Derechos de Autor. Hago pública esta denuncia porque considero justo y sano delatar a quienes se dedican a plagiar obras y engañar a sus lectores, hecho que diariamente enfrentan innumerables páginas y blogs en todo el mundo.
Me permito presentar el enlace de mi texto publicado en mi espacio oficial de escritor y periodista: https://santiagogaliciarojonserrallonga.wordpress.com/2019/11/04/gota-de-agua/. Este es el vínculo de los tres párrafos raptados, que encontrarán en el blog “Estaba en un cajón”: https://avimelech24.wordpress.com/2019/11/06/suntem-apa/?fbclid=IwAR0FB253O0WeXfuWKPFGM8IVjpzbUNQDU-iFUl0VENJL5eNgcHFDVkQgrzc.



