Pirékuas, calaveras, sopa tarasca y el mezcal, invaden la cosmopolita Shanghai
SHANGHAI, CHINA.- Si cien años no son nada, doce mil kilómetros menos. A doce mil kilómetros de distancia, y en una cultura diametralmente opuesta en muchos sentidos, el Día de Muertos purépecha tuvo vida propia.
Es la urbe que compite con Nueva York como la más cosmopolita del mundo, es la capital financiera de China y en buena medida de toda Asia, el gigante asiático. Es Shanghai. Y aquí, las pirekuas, las calaveras, el cempazuchitl, Janitzio, las redes de las embarcaciones de pescadores del Lago de Pátzcuaro, las ofrendas de panes y charanda, la campana y el arco de entrada al panteón, invadieron una cultura milenaria que hoy, paradójicamente, busca preservarse en medio del embate de la modernidad.
Operadores turísticos que mueven una imparable ola creciente de visitantes chinos por todo el mundo, empresarios orientales y de muchas otras partes deseosos de encontrar más oportunidades de inversión en infraestructura turística, y periodistas especializados en la llamada industria del chimenea, constituyeron un público definido con puntería de apache, como tiro de precisión, para hacerle llegar la convocatoria y el mensaje purépecha, como gancho de atracción e interés turístico.
Es el primer “round de sombra” del turismo michoacano en Asia, en “la lucha” por ganar “adeptos”; adeptos que son por miles, por millones que recorren el mundo entero como los nuevos ricos. Pero como éstos tampoco van a ir solos a ningún destino, a todas luces desconocido, pues hay que por ellos.
Y por ellos fueron Silvano Aureoles y Gloria Chávez, la secretaria de Turismo de Michoacán; y por ellos fueron el Dueto Zacán con sus pirékuas, por ellos la calavera. Por ellos fueron la sopa tarasca, unas carnitas y una copa de mezcal, comidos y bebida como un auténtico manjar.
Y en los videos se intercalaban mientras el Acueducto y la Catedral morelianos, con las playas vírgenes michoacanas y la Danza de los Viejitos.
-Michoacán es la historia de México, es el corazón de México; nuestra cultura, nuestras tradiciones, nuestra comida, les esperan. Y si de inversiones se trata, igual, estamos ansiosos por hacer negocios con el mundo entero, con los chinos en particular-, afirmaba al micrófono un emocionado Aureoles; emocionado, por más que tratara de mantener la serenidad.
Al fondo, la melancólica Josefinita con el Dueto Zacán, mientras más de alguno de los doscientos asistentes demandaba una segunda copa de mezcal.
Un evento que, por su magnitud, solo podía concretizarse con el respaldo de la Secretaría de Turismo federal, y que ha marcado un hito en la forma de promocionar a Michoacán.
-De que cuesta, claro que cuesta, y mucho, pero fuera de París, Praga, Nueva York, Viena o Egipto con sus pirámides, a ninguna parte del mundo el turismo llega solo, como por arte de magia; hay que ir por él, y todo gasto, mientras sea inversión, es absolutamente necesario-, decía a este reportero una operadora turística del más alto nivel en Asia, ahí presente.
Más aún, remataba:
“Esto no es de una sola vez, hay que machacar, hay que salir a venderse, regresar año con año, “obligar” al turista en este caso chino, a ir a México, a Michoacán en el caso particular”.
El tiempo dirá si lo de este miércoles en Shanghai fue un gasto, o una inversión. Es deseable que se haga lo posible porque sea la segunda.