Durante el acto conmemorativo del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, el ombudsperson, Josué Mejía, dijo que el principal eje de trabajo de la Comisión Estatal de los Derechos Humanos (CEDH) son las víctimas y que combatir la violencia contra las mujeres es una prioridad para el organismo.
Ante decenas de estudiantes del plantel Morelia del Colegio de Estudios Científicos y Tecnológicos de Michoacán (CECyTEM), el titular de la CEDH recordó que el 25 de noviembre nos recuerda el crimen cometido en contra de 2 activistas dominicanas que alzaron la voz para defender los derechos de las mujeres, por lo que, añadió, es importante recordar lo sucedido, ya que permite visibilizar y no olvidar los lamentables hechos ocurridos, con el objetivo de que no se vuelvan a repetir.
Aseguró que las instituciones del Estado y la sociedad civil tienen la obligación de resaltar esta fecha y de realizar actividades que permitan recordar que contra la violencia no debe haber tolerancia. Por ello, añadió, con la colaboración del director general del CECyTEM, Juan Carlos Velazco, se organizó la jornada “Juventudes que transforman”, para exponer la realidad del delito de trata, del que las juventudes son presa fácil.
Por su parte, el titular del subsistema educativo, dijo que la violencia no se combate únicamente desde la ley o desde las instituciones, sino desde la educación, desde la empatía, desde la voluntad de reconocer la realidad y no evadirla.
Es por ello, agregó, que para el CECyTE Michoacán, este tipo de eventos tienen un significado profundo: la convicción de que nuestras juventudes requieren espacios donde se hable con claridad, donde se nombre lo que duele y donde se construyan alternativas para prevenir situaciones que ponen en riesgo su integridad.
La presidenta de la Comisión de Derechos Humanos del Congreso del Estado, Xóchitl Gabriela Ruiz González, agradeció la realización de este tipo de eventos, pues, desafortunadamente las juventudes no detectan la violencia, pues se ha normalizado, tanto en la casa, como en las escuelas, en las redes sociales y en la comunidad en general.
Hizo un llamado al estudiantado a no minimizar la violencia y a no vivir con miedo; aseguró que en México y en Michoacán, no se puede permitir que ninguna niña, joven o mujer viva con miedo, pues las juventudes son la fuerza transformadora que puede romper ciclos de violencia.
En su turno, el subsecretario de Derechos Humanos y de Población de la Secretaría de Gobierno, Rubén Pedraza, aseguró que los jóvenes son parte del cambio que necesita el Estado, pues son el motor que se requiere para que cada día se tenga una mejor sociedad, un mejor entorno donde vivir, donde estudiar con libertad para seguir avanzando.
Reconoció que a las y los jóvenes no les gustan las injusticias, por lo que los invitó a reflexionar sobre lo que está pasando en la sociedad, a fin de construir una mejor comunidad en la que cada quien haga lo que le corresponde, en las instituciones, en la casa, en la calle, en el barrio, en la escuela, a fin de construir una cultura de respeto a los derechos humanos.
Testimonios que transforman a las juventudes
Luego del acto protocolario, la doctora Sonia Zavala López, especialista en derecho penal y derecho constitucional, expuso ante los jóvenes el Tema de la Trata de Personas: en qué consiste el delito, cuántas clases de explotación existen, qué derechos vulnera y sus formas de explotación.
Pidió a las y los asistentes estar alertas, pues México es país de origen, tránsito y destino para la comisión de este delito.
La activista Karla Jacinto, víctima y sobreviviente del delito de Trata de Personas, compartió su experiencia personal.
Relató haber vivido su infancia en un ambiente hostil, haber sido violada por un familiar cercano y haber vivido en situación de calle, lo que la llevó a convertirse en presa fácil de tratantes de personas.
Mediante una dinámica ágil y participativa, narró la forma en la que, a los 12 años de edad, fue enganchada por un sujeto perteneciente a una red de delincuentes dedicados prostituir a niñas, adolescentes y mujeres, a las cuales obligaban a tener relaciones sexuales, hasta con 30 hombres al día, lo que la hacía pensar que no valía nada. “Creía que solo era un objeto que se usaba y se desechaba”, dijo.
Expuso que se atrevió a romper el silencio para que estas historias dejen de repetirse, pero dijo, se necesita que las autoridades, las juventudes y los padres de familia se mantengan vigilantes, atentos y dispuestos a luchar porque este flagelo desaparezca.
Karla Jacinto pertenece a la “Fundación Camino a Casa”, en la que se brinda atención integral, multidisciplinaria y personalizada, a fin de que cada sobreviviente se constituya en un nuevo proyecto de vida.



