De las aproximadamente 90 personas que cada mes reciben apoyo psicológico en la Comisión Ejecutiva Estatal de Atención a Víctimas (CEEAV), menos de la mitad concluye su tratamiento, lo que puede incidir en la interrupción de su proceso de recuperación.
Estefanía Álvarez Sandoval, jefa del Departamento de Atención Médico Psicológica de la CEEAV, explicó que si bien la psicoterapia ya no se encuentra estigmatizada y cada vez hay mayor información sobre sus beneficios, aún persiste una falta de atención a la salud mental, lo que es más preocupante en el caso de personas que han pasado por una situación victimizante.
Lamentó que se siga careciendo de cultura de prevención “que nos permita conocer cuáles son los aspectos de nuestra vida que hay que mejorar y cómo es posible trabajar para lograrlo».
Respecto a las personas que se acercan a recibir atención pero abandonan su tratamiento psicológico, consideró que en ocasiones se encuentran inmersas en una dinámica familiar o económica que les impide continuar su proceso; en otros casos obedece a que eligen no darse cuenta de lo que les está ocurriendo así como a no enfrentar sus problemas.
Por ejemplo, las mujeres víctimas de violencia familiar pueden enfrentar una situación de codependencia de la que es difícil que salgan por su propia cuenta. Viven con miedo y angustia y al ver a las demás personas con desconfianza, difícilmente piden ayuda.
La situación se agrava cuando familiares y amistades no las apoyan y en lugar de ello se les etiqueta o juzga, por lo que al no contar con redes de apoyo es difícil que puedan salir de ese círculo.
Consideró como desafortunado que hijas e hijos no sean atendidos en forma adecuada ya que al vivir en un ambiente de violencia provoca que en muchos casos sigan los patrones de conducta de sus padres “de modo que reproducen los roles de víctima y victimario».
La funcionaria agregó que algunas consecuencias de la falta de atención a la salud mental entre la población se pueden ver reflejadas en el incremento en la estadística de delitos y consumo de drogas; por otro lado, en la esfera personal se puede ver en la dificultad para relacionarse armoniosamente en las distintas áreas de vida como en la laboral, sentimental y familiar.
En la CEEAV se aplica un modelo de intervención que comprende primeros auxilios psicológicos (PAP) así como terapia psicológica breve en crisis, ambos encaminados a recuperar la estabilidad emocional de las personas luego del hecho victimizante. Estas dos formas de intervención no sustituyen una tercera, que es el tratamiento psicoterapéutico de corte profundo y especializado, que se requiere en algunos casos.