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sábado, abril 27, 2024

Última Cena: la mesa del banquete eterno en el sacramento del triunfo de Jesús

«Si queremos vivir a plenitud la herencia que Cristo nos ha dejado, debemos permanecer unidos a la Eucaristía»: Arzobispo

La Eucaristía es la nueva Pascua. «Gracias, Señor, por tu sangre que nos lava», ha sido el salmo responsorial en la Misa de la Última Cena este Jueves Santo con que ha iniciado el Triduo Sacro. «Amaos los unos a los otros como yo os he amado» es el mandamiento nuevo, y el sacerdocio es la nueva institución.

El Evangelio según San Juan fue leído esta tarde en Catedral de Morelia, el cual relata dentro de los últimos días de Jesús el pasaje de ese último encuentro en que se reúne con sus doce discípulos en la Última Cena, sabiendo que ya debía pasar de este mundo para regresar a la Casa del Padre, y donde tuvo  el gesto inesperado de lavarles los pies, uno a uno, dando ejemplo de servicio, amor, entrega y humildad.

Cristo funda dos instituciones y da un nuevo mandamiento «y si queremos vivir a plenitud la herencia que Cristo nos ha dejado por su infinito amor, debemos permanecer unidos a la Eucaristía», pronunció el Arzobispo de Morelia, Monseñor Carlos Garfias Merlos, quién presidió la celebración esta tarde solemne, donde exaltó que Cristo en su palabra transformó el pan y el vino en su Cuerpo y Sangre «que nos alimenta y nos mantiene unidos a Él», a su ejemplo y su enseñanza.

El jefe pastoral hizo votos porque «todos renovemos la disposición de comer y beber de este pan y este vino», y llevar el mensaje a otros, así como enfatizó en su llamado a vivir el encuentro profundo con Cristo a través de la Eucaristía, del sacerdocio, y del mensaje de la buena nueva, ante los fieles ahí reunidos, así como a servir con amor como Cristo lo hizo.

«Esta mesa es el banquete eterno en el Sacramento del triunfo», proclamó el Arzobispo.

Y oró Monseñor Garfias Merlos por todos los que han sido amenazados, por los viajeros, por quienes no tienen rumbo y andan migrando, porque todos los incendios puedan ser sofocados y haya un daño menor en nuestra casa común, por tener conciencia de que debemos cuidar el agua, que demos buen manejo a la basura y evitemos la contaminación,  así como también por quienes tienen tribulaciones, por todos los problemas sociales,  y porque podamos solventar todas nuestras necesidades que tenemos como sociedad y personales.

Después de la Homilía, vino el lavatorio de los pies bajo el rito litúrgico previsto en el Misal Romano, y de ello se encargó el padre Juan Manuel Quiroz Armenta, rector de la Catedral de Morelia que lavó y besó los pies de 12 voluntarios que representaban a los apóstoles esta tarde en el Templo Mayor, reviviendo este importante hecho de lo que fue la última reunión de Jesús con sus apóstoles previo a su sacrificio de amor por nosotros.

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