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jueves, julio 24, 2025

Un rey entre nosotros: iniciaron las posadas, tiempo de prepararnos para recibir a Jesús el salvador

JES 1 171222Reconciliación y comprensión, primeras reflexiones a tener en cuenta por los fieles en el inicio del periodo de espera para el amoroso y divino acontecimiento

 

 

Han iniciado este fin de semana las posadas, periodo de nueve días que antecede y prepara al pueblo de Dios, la feligresía, para recibir a Jesús el Salvador entre nosotros hecho hombre, próximo a nacer para dar luz a mundo, y que culmina precisamente el día 24 en la noche cuando ocurre el amoroso y divino acontecimiento que ha marcado desde hace más de 2 mil años la vida de los católicos, y mismo que significa que debemos preparar nuestro corazón para recibir al Niño Dios reconociéndole como Señor nuestro, nacido en la adversidad para traer la salvación.

En el primer día, iniciada así la novena de Navidad, el Arzobispado de Morelia invita a los fieles a meditar sobre el hecho de que la Navidad sea lo que debe ser: una fiesta dedicada a la reconciliación. Dedicada al perdón generoso y comprensivo que aprenderemos de un Dios compasivo.

Con el perdón del Espíritu Santo podemos reconciliarnos con Dios y con los hermanos y andar en una vida nueva. Es la buena noticia que San Pablo exclamó en sus cartas, tal como leemos en su Epístola a los Romanos 5, 1–11. Vivir la navidad es cancelar los agravios si alguien nos ha ofendido, y es pedir perdón si hemos maltratado a los demás, convoca.

Así, del perdón nace la armonía y construimos esa paz que los ángeles anuncian en Belén: paz en la tierra a los hombres que aman al Señor y se aman entre sí. Los seres humanos podemos hacernos daño con el odio o podemos ser felices en un amor que reconcilia. Y esa buena misión es para cada uno de nosotros: ser agentes de reconciliación y no de discordia, ser instrumento de paz y sembradores de hermandad.

Para este sábado, segundo día de posadas, la autoridad eclesial llama a la comprensión, distintiva de todo verdadero amor. Podemos decir que la encarnación de un Dios que se hace hombre puede leerse en clave de ese gran valor llamado comprensión.

Pensemos cómo Dios, al hacerse hombre, se pone en nuestro lugar, rompe las distancias y comparte nuestros afanes y nuestras alegrías. Es gracias a ese amor comprensivo de un Dios Padre, que somos hijos de Dios y hermanos entre nosotros. Dios, como afirma San Juan nos muestra la grandeza de su amor y nos llama a vivir como hijos suyos. Si de verdad actuamos como hijos de Dios no imitamos a Caín si no que “damos la vida por los hermanos”.

Así, con un amor comprensivo somos capaces de comprender las razones de los demás y ser tolerantes con sus fallas. Si la NAVIDAD nos torna comprensivos ¡es una excelente Navidad! Una Feliz Navidad implica aprender a ponernos en el lugar de los demás, dice la reflexión de este sábado.

Esta es la oración al Niño Dios para que los fieles la agreguen al rezo del Rosario en su posada diaria:

«Señor, Navidad es el recuerdo de tu nacimiento entre nosotros, es la presencia de tu amor en nuestra familia y en nuestra sociedad. Navidad es certeza de que el Dios del cielo y de la tierra es nuestro padre, que tú, Divino Niño, eres nuestro hermano. Que esta reunión junto a tu pesebre nos aumente la fe en tu bondad, nos comprometa a vivir verdaderamente como hermanos, nos dé valor para matar el odio y sembrar la justicia y la paz. Oh Divino Niño, enséñanos a comprender que donde hay amor y justicia, allí estás tú y allí también es navidad. Amén».

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