Se ha anunciado la formación de una comisión para empezar a trabajar lo que será una eventual reforma electoral, que modifique el esquema que ha venido funcionando prácticamente desde los años noventa del siglo pasado; a la cabeza de esa comisión ha quedado el veterano luchador de la izquierda Pablo Gómez.
Que se proyecte una reforma electoral para nada es una sorpresa, pues está ya se había venido sopesando desde los últimos meses de la presidencia del Licenciado Andrés Manuel López Obrador; en realidad puede decirse que ya se han dado los primeros pasos de esa reforma electoral, que se concretó en la prohibición de la reelección inmediata al cargo que se viene desempeñando y la que tiene que ver con la del nepotismo. Ambas reformas entrarán en vigencia hacia el año 2030, lo que se traduce en que los legisladores que la aprobaron si se podrán reelegir en el 2027.
¿Sobre qué versara la reforma que viene? Sin duda que uno de los temas a tratar y de los que probablemente menos rechazo cause, es el del financiamiento a los partidos políticos, toda vez que se tiene la impresión de que reciben recursos mucho muy elevados y que ha generado una burocracia al interior de estos que vive únicamente de hacer política.
Muy posiblemente se busque reducir el tamaño del Instituto Nacional Electoral (INE), modificar su nombre para que incluya el tema de las consultas, eliminarle funciones y, no descartemos, incluir el tema de que los consejeros sean electos mediante el voto popular; está reforma sería más polémica entre personas interesadas en el tema, porque se podrían repetir situaciones que ya se vieron en la reciente elección de jueces y magistrados.
Pero tampoco sería descartarse la posibilidad de que se quiera eliminar el órgano electoral autónomo y volver a que sea una secretaria de estado, quien se encargue de organizar las elecciones.
Otra, muy acorde con el estilo del actual gobierno, seria reducir el tamaño de la cámara de diputados, sobre la idea de que 500 legisladores son demasiados, pero unido a esto, puede que se pretenda modificar el sistema mixto que se tiene en México, donde una cantidad de diputados son electos por el sistema de mayoría y otro por representación proporcional.
¿Hacia dónde apunta México? Solamente podemos atisbar muy poco en base en lo que en su momento dejó entrever el Presidente Obrador y era que México transitará a un sistema de mayoría pura, donde los 200 diputados de representación proporcional desaparecieran y los 300 restantes fueran electos por el principio de mayoría, lo que para nada sería benéfico para la pluralidad del país, porque ese sistema elimina voces a las minorías, teniendo en cuenta que de acuerdo al politólogo italiano Giovanni Sartori, un estado democrático es aquel empieza por respetar a las minorías.
Según los resultados oficiales de los cómputos distritales de las elecciones de 2024, la conformación de la LXVI Legislatura en cuanto a diputados de mayoría relativa quedó de la siguiente manera:
Morena: 182 diputados
Partido Verde Ecologista de México (PVEM): 40 diputados
Partido del Trabajo (PT): 34 diputados
Partido Acción Nacional (PAN): 31 diputados
Partido Revolucionario Institucional (PRI): 10 diputados
Movimiento Ciudadano (MC): 1 diputado
Partido de la Revolución Democrática (PRD): 1 diputada
Independiente: 1 diputada
Si esto lo traducimos a porcentaje de votos, la cámara de diputados hubiera quedado de la siguiente manera:
Resultados en porcentaje para una Cámara de Diputados de solo mayoría relativa (300 escaños):
Morena: 60.67%
Partido Verde Ecologista de México (PVEM): 13.33%
Partido del Trabajo (PT): 11.33%
Partido Acción Nacional (PAN): 10.33%
Partido Revolucionario Institucional (PRI): 3.33%
Movimiento Ciudadano (MC): 0.33%
Partido de la Revolución Democrática (PRD): 0.33%
Independiente: 0.33%
Como se puede observar, en este escenario hipotético, la coalición «Sigamos Haciendo Historia» (Morena, PVEM, PT) habría concentrado un porcentaje significativamente mayor de escaños, alcanzando aproximadamente el 85.33% del total de la Cámara. Esto les daría una supermayoría.
Actualmente, con la combinación de criterios de mayoría y representación proporcional, el bloque oficialista cuenta con el 72.8 de la legislatura y la oposición en su conjunto, antes de algunos reacomodos, el 27.2.
Es decir, eliminar la representación proporcional, hace menos proporcional el sistema electoral mexicano.
Sobre estos temas seguiremos hablando las siguientes semanas.