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miércoles, noviembre 26, 2025

CRISIS EN ESTADOS UNIDOS Y EL MUNDIAL 2026

El cierre gubernamental de 43 días en Estados Unidos afectó significativamente la demanda de viajes aéreos para el periodo vacacional de Acción de Gracias, una de las temporadas más concurridas del año. Las reservas aéreas para el periodo festivo disminuyeron un 4.48% interanual, revirtiendo una tendencia inicial positiva. Numerosas personas evitar viajar por temor a cancelaciones y retrasos durante el cierre, mientras que la Agencia Federal de Aviación ordenó recortes de vuelos en 40 aeropuertos principales durante la semana final.

Paralelamente, se registró un cambio modal hacia medios terrestres, con Amtrak (trenes) y servicios de autobús mostrando aumentos en demanda, alcanzando un 17% para para los viajes terrestres. Los efectos del cierre podrían extenderse a la temporada navideña, con reservas mostrando una tendencia a la baja, transformando lo que se proyectaba como una temporada récord en un periodo de incertidumbre y demanda moderada para la industria de viajes.

Con el argumento de que ve inestabilidad y riesgos de seguridad para la realización de la Copa Mundial 2026 en México, el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, ejerce fuertes presiones sobre la FIFA en busca de que se recalendaricen los partidos asignados al territorio mexicano y se modifique la sede trinacional para que la justa del futbol solo tenga lugar en las ciudades estadounidenses y las de Canadá.

A través de su red social Truth Social, Trump acusó directamente al gobierno mexicano de utilizar el evento deportivo como un mecanismo para facilitar la entrada de migrantes ilegales hacia territorio estadounidense, afirmando categóricamente que México «no es un país seguro para los aficionados» y que el evento «beneficiaría económicamente a los cárteles de drogas».

Esta postura ha generado inmediata preocupación en los círculos diplomáticos y deportivos internacionales, aunque analistas políticos especializados consideran que Trump carece de autoridad legal real para cancelar un evento de esta magnitud, cuya organización depende fundamentalmente de decisiones soberanas de la FIFA y los tres países anfitriones.

Además de la Casa Blanca, que ha planteado abiertamente cancelar la sede mexicana y reprogramar los partidos en su territorio, también Canadá se ha sumado a la presión sobre México, por las mismas razones de seguridad y narcoviolencia, y prueba de ello es la “alerta de viaje” que, emitió el gobierno de Mark Carney el jueves pasado a todos los ciudadanos canadienses que planearan viajar a México en este invierno, alertándolos de los “altos niveles de violencia de la delincuencia organizada” y pidiéndoles que eviten viajar a 14 estados mexicanos y, si deciden hacerlo, “extremar precauciones en México”.

La convergencia de estos dos escenarios aparentemente desconectados, la crisis logística de viajes domésticos y la presión internacional sobre el mega evento deportivo, refleja un momento particularmente complejo en las relaciones bilaterales y la coordinación regional, donde factores políticos, operativos y de seguridad se entrelazan de manera intricada.

Esta situación afecta desde los planes de viaje de millones de ciudadanos comunes durante la festividad familiar más importante del año, hasta proyectos de cooperación internacional de gran escala que requieren coordinación y estabilidad política.

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