El próximo 18 de julio de 2025, la UNESCO dará a conocer sus nuevas declaratorias de Patrimonio Mundial durante la 47ª sesión del Comité en París. Este año, entre los 32 sitios candidatos, México presenta una propuesta emblemática: la Ruta Huichol, un itinerario sagrado de 500 km que el pueblo wixárika recorre en peregrinación hacia Wirikuta (San Luis Potosí). Este reconocimiento podría sumarse a los 35 sitios con los que ya cuenta el país —el séptimo lugar mundial—, consolidando su posición como potencia cultural y natural.
La inclusión de la Ruta Huichol significaría el primer patrimonio vivo mexicano centrado en un itinerario cultural indígena, destacando no solo su valor espiritual, sino también la conservación de paisajes como el desierto de Real de Catorce. De aprobarse, reforzaría esfuerzos para proteger estos territorios ante amenazas como la minería o el turismo desregulado. Además, pondría en relieve la importancia de las cosmovisiones originarias en la identidad nacional.
México cuenta con un mosaico de sitios UNESCO que abarcan desde ciudades prehispánicas hasta paraísos naturales: a) Culturales: Teotihuacán, Chichén Itzá, el Centro Histórico de Guanajuato y las Misiones Franciscanas de la Sierra Gorda; b) Naturales: Sian Ka’an, las Islas del Golfo de California y la Reserva de la Mariposa Monarca; c) Mixtos: Valle de Tehuacán-Cuicatlán y la Antigua Ciudad Maya de Calakmul.
Sin embargo, este legado enfrenta retos críticos: el turismo masivo en Chichén Itzá, la contaminación en Sian Ka’an o la deforestación en la Reserva Monarca son recordatorios de que la declaratoria es solo el primer paso.
Michoacán: Un modelo de diversidad patrimonial. Nuestro estado alberga cinco reconocimientos UNESCO, ejemplificando cómo lo cultural, natural e inmaterial se entrelazan: 1) Centro Histórico de Morelia (1991): Joya arquitectónica de cantera rosa que fusiona barroco y neoclásico; 2) Reserva de la Mariposa Monarca (2008): Santuario donde millones de mariposas hibernan, vinculado al Día de Muertos; 3) Día de Muertos (2003): Celebración purépecha en Pátzcuaro y Janitzio, donde veladoras y ofrendas crean un puente entre vivos y muertos. 4) Cocina Tradicional (2010): Sistema comunitario basado en maíz, con cocineras que preservan técnicas ancestrales. 5) La Pirekua (2010): Canto purépecha que narra historias de resistencia y amor en lengua originaria.
Pese a su valor, estos patrimonios no son ajenos a las amenazas. Morelia requiere restauración urgente, la Reserva Monarca sufre tala ilegal, y la Pirekua lucha contra la pérdida de hablantes.
La posible declaratoria de la Ruta Huichol este 18 de julio sería un triunfo para México, pero también una responsabilidad. Como muestran los casos de Michoacán, el título UNESCO debe traducirse en políticas públicas, participación comunitaria y turismo sostenible. La UNESCO ha advertido que el 60% de los sitios en peligro lo están por conflictos humanos o falta de recursos.
México tiene la oportunidad de liderar un modelo donde el patrimonio no solo se admire, sino que se viva y proteja. Desde los cantos purépechas hasta los bosques de oyamel, cada reconocimiento es un llamado a actuar. El veredicto del 18 de julio, más que un fin, será el inicio de un nuevo capítulo en esta tarea colectiva.
En un mundo globalizado, los patrimonios mexicanos —viejos y nuevos— son faros de identidad. Su preservación depende de que entendamos que no son reliquias del pasado, sino semillas para el futuro.