El turismo representa un motor económico fundamental para México, sin embargo, su expansión sin control ha dado lugar a un fenómeno de alcance global denominado turismofobia, que se manifiesta como un rechazo por parte de las comunidades locales hacia los visitantes masivos.
La turismofobia emerge cuando los residentes perciben que la actividad turística afecta negativamente su calidad de vida. Este fenómeno se manifiesta principalmente a través de tres problemas centrales. En primer lugar, la gentrificación, evidenciada por el incremento desmedido en los precios de vivienda y servicios básicos, como ocurrió en la Ciudad de México donde los arrendamientos en zonas turísticas aumentaron un 120% entre 2010 y 2023. En segundo término, la saturación de espacios públicos, particularmente visible en destinos playeros como Cancún o Tulum, que reciben hasta diez veces más visitantes que su capacidad ecológica permite.
Finalmente, la pérdida de identidad cultural, reflejada en el reemplazo de comercios tradicionales por cadenas internacionales, fenómeno observable en el centro histórico de Oaxaca. Datos de la Organización Mundial del Turismo revelan que el 58% de los destinos patrimoniales en América Latina enfrentan conflictos relacionados con el turismo masivo.
El crecimiento urbano desordenado constituye uno de los principales detonantes de esta problemática. La ausencia de planes de capacidad de carga en destinos como Los Cabos o Puerto Vallarta ha derivado en graves problemas de contaminación y estrés hídrico. Paralelamente, plataformas de hospedaje como Airbnb han fomentado procesos de especulación inmobiliaria; tan solo en 2023, Mérida registró 4,000 departamentos listados en esta plataforma, muchos ubicados en edificios históricos, lo que ha provocado el desplazamiento de residentes locales.
Socialmente, se han registrado protestas como las ocurridas en San Cristóbal de las Casas durante 2022, donde residentes manifestaron su malestar ante el colapso de servicios médicos provocado por la afluencia turística. Desde la perspectiva económica, estudios del CIDE revelan que únicamente el 20% del gasto turístico en Cancún permanece en manos locales, evidenciando una distribución desigual de los beneficios.
Frente a este complejo escenario, se han identificado diversas estrategias promisorias. El establecimiento de límites de capacidad ha demostrado su eficacia en casos como las Islas Galápagos en Ecuador, modelo que ha sido adaptado con éxito en la Isla Espíritu Santo de Baja California Sur, donde desde 2021 se aplican cupos de visitantes que han permitido reducir los daños al arrecife en un 35%. La implementación de impuestos y mayor regulación a plataformas digitales representa otra vía, como lo muestra el caso de la CDMX, donde en 2023 se gravó con un 5% las estancias cortas, generando 300 millones de pesos para infraestructura local.
El turismo comunitario emerge como alternativa viable, con ejemplos notables como la Sierra Gorda en Querétaro, donde proyectos de ecoturismo gestionados por las comunidades generan tres veces más ingresos locales que los complejos hoteleros tradicionales. Complementariamente, campañas educativas como «Viaja con Respeto» impulsada por SECTUR han logrado reducir en un 15% las denuncias por maltrato a recursos naturales durante 2023.
La turismofobia no debe interpretarse como una oposición al turismo per se, sino como un llamado urgente a reequilibrar sus beneficios y costos. México enfrenta el reto de implementar políticas basadas en evidencia, como el monitoreo satelital de ocupación turística, que permitan una toma de decisiones informada. La participación ciudadana en la planificación turística y la diversificación de destinos emergen como estrategias clave para descongestionar los focos rojos.
Como acertadamente señala la ONU Turismo, «el turismo del futuro será sostenible o no será». La experiencia acumulada en diversos destinos demuestra que la inversión en gestión inteligente hoy puede prevenir crisis sociales y ambientales mañana. El camino está trazado; corresponde ahora transitarlo con decisión y visión de largo plazo.