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miércoles, mayo 1, 2024

SIGUE SIN DESPEGAR EL AIFA, A DOS AÑOS DE SU INAUGURACIÓN

En 2014, el entonces presidente de México, Enrique Peña Nieto, anunció el proyecto del Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM), obra que se realizaría en la Zona Federal del Lago de Texcoco, ubicada a 15 kilómetros del centro de Ciudad de México. La administración encabezada por Peña Nieto estimaba que el NAIM se convertiría en la tercera terminal aérea más grande del mundo al atender a cerca de 70 millones de pasajeros al año y recibir dos millones de toneladas de carga al año.

No obstante, el presidente Andrés Manuel López Obrador remarcó durante su campaña presidencial que cancelaría la obra del NAIM ya que su construcción y operación, de acuerdo con el mandatario, generarían daños medioambientales en la región y que estaba cargada de corrupción, misma que nunca se comprobó.

En octubre de 2018, López Obrador realizó la Consulta Nacional sobre el NAIM, en donde los ciudadanos votaron por continuar con la construcción del inmueble en Texcoco, cuyo avance en ese entonces era del 30%, u optar por la obra del AIFA en la Base Aérea Militar de Santa Lucía. Los resultados de la consulta reflejaron que el 70% de los participantes eligieron iniciar la construcción del aeropuerto en Santa Lucía mientras que el 30% optó por continuar con la edificación del NAIM. En enero de 2019, López Obrador anunció la suspensión de los trabajos en Texcoco para comenzar las obras en el aeropuerto de Santa Lucía

El AIFA fue inaugurado el 21 de marzo de 2022 y representa una de las obras más importantes para el gobierno del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador. La obra fue financiada por dicha administración con un costo de alrededor $ 115 mil millones, según el diario El Economista. De acuerdo con la Auditoría Superior de la Federación, la cancelación costo 113 mil millones de pesos es decir, la construcción del AIFA y la cancelación del aeropuerto de Texcoco costo $ 228 mil millones de pesos.

El que sería el Nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México iba a costar 285 mil millones de pesos, con la diferencia de que el  NAICM estaba estructurado para ser un proyecto autofinanciable, al obtener recursos para su construcción con una combinación de fondos gubernamentales y privados, manteniendo al aeropuerto como patrimonio del gobierno federal pero minimizando su impacto en las finanzas públicas.

Tendría ganancias superiores a mil millones de dólares anuales a partir del 2030. El 91% de la obra fue licitación pública, siendo los ganadores, el Arquitecto Mexicano Fernando Romero, el Arquitecto Extranjero, el despacho Foster and Partners (diseñaron entre otros, el aeropuerto de Beijing, Hong Kong, Kuwait entre muchos otros), el consultor de tecnología aeropuertaria Netherlands Airport Consultants y el despacho de ingeniería estructural, la empresa ARUP, ya en estas fechas el  aeropuerto tendría capacidad para 135 millones de pasajeros y 1 millón de operación anuales con 4 terminales y 6 pistas que hubieran permitido 3 despegues y 3 aterrizajes simultáneos. Su objetivo era ser el tercer aeropuerto más importante del mundo.

En cambio, ahora tenemos que el AIFA anunció en los primeros días de 2024, que a lo largo de 2023 logró transportar a 2 millones 448 mil pasajeros nacionales y 182 mil 305 viajeros internacionales, distribuidos en 21 mil operaciones dentro de México y mil 946 en vuelos hacia otros países (estas cifras representan el 5% de las operaciones del Aeropuerto de la Ciudad de México).

Ahora bien, en estos dos años, ¿qué le ha aportado el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles al turismo en México? Empresas y expertes han expresado: que el AIFA no es una opción sólida, el aeropuerto debe tener una óptima conectividad que aporte a los clientes las opciones más viables para llegar o salir de México. “Hay ciudades para las cuales el AIFA es una opción por su cercanía, como Querétaro o Pachuca, pero su falta de conectividad a nivel nacional e internacional impide que sea una opción sólida.

Además, en caso de que en los próximos años crezca la conectividad aérea del aeropuerto y que la llegada de pasajeros al mismo sea favorable, el AIFA sí empezará a ser tomado en cuenta por aerolíneas, turoperadores y agencias de viajes. Otros expertos afirman que el AIFA está lejos de ser una alternativa para el turismo nacional e internacional, aunque algunas empresas del sector han hecho algunos esfuerzos por generar demanda desde este aeropuerto, pero no se observa ninguna respuesta.  Aseguran que el tráfico que está nutriendo al AIFA es totalmente de precio y eso no corresponde con el turismo organizado.

Sin lugar a dudas el AIFA es una de las peores decisiones económicas y financieras en la historia de la infraestructura en México. Es una obra ineficiente que nos costó 228 mil millones de pesos que seguiremos pagando por décadas y que implicó renunciar a un verdadero aeropuerto de clase mundial.

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