GARRAS Y TRIPAS DE LA DICTADURA
En el fangoso ejercicio del poder, todo le sale mal a la presidente Sheinbaum.
Todavía no sale de una viru-lenta encrucijada, cuando ya se está tropezando con un viru-rápido dilema llenó de aguijones venenosos.
No se engañe nadie. El problema de destruir al tradicional y perfectible poder judicial federal, no soluciona nada; producirá, sí, mayores conflictos de aquí en adelante.
La dictadura de un partido se ha transformado en la dictadura de un individuo, bicéfalo, para acabarla de fastidiar.
La cabeza principal, sin aparente responsabilidad, es la del amo López Obrador, rodeado de un grupo de cabecitas que obedecen al cien por ciento a Andrés Manuel; y la cabeza secundaria es la de Sheinbaum, quien pone su rostro como presidente formal, sumisa también al autócrata López.
Es toda una hidra, ese raro organigrama del gobierno federal.
Además, la mayoría de los gobiernos estatales morenistas, reproduce a esa monstruosidad en sus respectivas entidades federativas.
Empero, a los de la 4T todo les sale mal; ¡mal para los mexicanos! y, claro, muy bien para los más importantes funcionares públicos y dirigentes principales del morenismo, pues mienten día a día, roban depravadamente, y siempre traicionan a México.
El rostro de Sheinbaum exterioriza sus tensiones permanentes, embrolladas y sin fácil salida. Las aporías que se le vienen encima le pesan demasiado como algo irreductible.
Sus ojos, su frente, sus labios, sus párpados, sus manos, su voz, su discurso agobiado, todo en ella se está desmoronando, internamente.
No termina ni terminará con la problemática del tierno y nauseabundo poder judicial pandémico, organizado por Sheinbaum.
A la vez, sigue con otra contrariedad. Tiene en frente a la insatisfecha CNTE, quien no quiere ser poder, por las responsabilidades que esto implica. Prefiere ser siempre oposición agresiva, para que los del poder, por miedo, los mantengan eternamente.
800 millones de pesos les acaba de entregar, y decenas de miles de plazas para que las reparta la CNTE.
Y no concluye con lo anterior. Ya sienten las exigencias de la industria y el comercio del Gas LP en todo el territorio nacional, reclamando la eliminación del precio topado.
Con toda su ineptitud a cuestas, se colocaron un collar muy pesado, en donde van engarzando todas y cada una de sus mentiras, acreciendo la pesadez de la gargantilla; así, para tratar de resolver el problema magisterial, no pudiéndoles pagar, ya más, a los trabajadores de la educación, les dan más vacaciones, reduciendo el ciclo escolar 2025-2026 a 185 días.
De esa manera empobrecen la ya indigente educación pública, para falsamente aumentar las prestaciones laborales del servicio escolar.
El impuesto a las remesas del 3.5% de lo enviado de EU a México (con su mancha narco) lo califican de triunfo, y prometen seguir en una lucha que carece de planeación, programaciones y proyectos.
Engañan a los trabajadores mexicanos, subiendo los salarios por las escaleras al piso de arriba, pero permiten que los precios suban por el veloz elevador, hasta su llegada a la azotea.
Con esto generan pobres, y para comprarles su voto, les dan la limosna del bienestar.
La pobreza, también, se dirige por acordeones, para votar y para sobrevivir, y a eso le denominan democracia; por ello Sheinbaum grita desaforada después de votar: ¡Viva la democracia!, sí, viva la democracia de los acordeones; ¡Qué sinvergüenzas!
En sus montajes escenográficos instalaron dos casillas especialísimas; la primera, para el amo López, quien afirmó que “Sheinbaum es la mejor presidente del mundo”; y, la segunda casilla, por fuera de Palacio Nacional, para Sheinbaum, quien aseguró que “Andrés Manuel López Obrador es el mejor presidente de México y del mundo”.
Eso es una sociedad de mutuos elogios, nacida en la carroñera degradación de sus dos pisos.
Los aranceles al acero mexicano pasarán del 25% al 50% este 4 de junio venidero, y la dictadura de López-Sheinbaum, se vuelve dictablanda y agachona, frente al presidente Donald Trump.
Para colmo, la mentira oficial aseguró, primero: “votó todo el mundo”; después certificó: “votó entre el 12 y el 13 por ciento”.
Son mentiras ambas aseveraciones.
En repudio a la farsa, y en apoyo al poder judicial, más del 95 por ciento de los electores no votaron.
Menos del 5 por ciento votó, y muchos de estos votos se emitieron en contra de la reforma judicial de Sheinbaum.
Declara la presidente que obtuvo 13 millones de votos, y ¿dónde están sus 36 millones de votos? Ella sabe que está diciendo mentiras, y que está dando una lectura equivocada del hecho.
No logró ni 5 millones de votos; ¡ésta es la dura realidad!
La hidra morenistas seguirá cínicamente mintiendo.
Bajo un tenue barniz democrático, se ven y se sienten las garras y las tripas de la naciente dictadura mexicana.