spot_img
25.5 C
Morelia
lunes, agosto 4, 2025

PELEAR CONTRA EL PASADO

SIN DISEÑAR EL FUTURO

Repudiar al pasado, por pésimo que nos parezca, es despreciarnos a nosotros mismos.

Nuestro pasado (no sólo el individual, sino el pasado entero de una tradición comunitaria) constituye la herencia biológica, cultural e histórica que recibimos; y, de cierto, iniciamos nuestra existencia con ese legado irrenunciable.

Con el paso del tiempo, y en ejercicio de nuestra libertad condicionada a la circunstancia en que vivimos, podemos cambiar, con actos de nuestro pegadizo presente, rumbo a un llamado futuro que no deja de ser un presente en movimiento.

Dentro de la atmósfera de esos conceptos, trataré problemas que nos conciernen a todos los seres humanos, en estos tiempos de una mundialización avergonzada.

En la Franja de Gaza no ha parado el genocidio, y sigue el genocida Benjamín Netanyahu aterrorizando al mundo en sus cerca de veinte años (discontinuos) de mandato en Israel, pueblo digno de admiración, por muchas razones.

En el fondo de este conflicto se encuentran los palestinos, la etnia más antigua en ese territorio; más antigua que la de los hebreos.

147 naciones, de 193 que existen en el mundo, reconocen como Estado a Palestina.

Y 5 naciones más (Francia, Gran Bretaña, Canadá, Andorra y Malta), en el mes de septiembre próximo, establecerán relaciones diplomáticas con Palestina.

Si el pueblo de Israel votara en este momento, respecto a dos asuntos que le son vitales, con amplio y claro margen decidiría: Uno, reconocer al Estado Palestino; y, dos, desconocer a Benjamín Netanyahu como primer ministro de Israel y sujetarlo a proceso por genocida y terrorista.

Pero quien se ha venido oponiendo al reconocimiento del Estado Palestino en este lapso, con mayor ímpetu, es el gobierno de los Estados Unidos, a través de Donald Trump.

Sin embargo, la población estadunidense, reiterando su apoyo a Israel, dispondría establecer vínculos diplomáticos con Palestina; obligando a su gobierno a no vetar el ingreso de los palestinos a la ONU, error histórico que ha cometido en varias ocasiones el gobierno de EU.

Si la población de Israel, y la población de los EU, tratan de superar un pasado, y diseñar un mejor futuro, en relación con ese Estado Palestino, ¿por qué sus gobiernos respectivos se oponen a ello?; será que no asimilan bien su propio pasado, será que no valoran bien su propio presente, o será su temor para diseñar su propio futuro.

O… ¿podría ser la incapacidad o la malevolencia de algunos gobernantes de países del mundo?

Entonces, habría que luchar en contra de esos gobernantes, para separarlos del poder público y, en su caso, sujetarlos a severo juicio de carácter penal, sin ningún margen de impunidad.

En México, contando con un valiosísimo pasado, padecemos a un gobierno que ejerce el poder en base a descalificar mucho de lo meritorio de nuestro pretérito.

La presidente formal no puede pelear en contra del sexenio próximo anterior, pues a él se debe, a pesar de toda su corrupción, a pesar de su torrente de mentiras, y a pesar de sus traiciones al pueblo.

El autócrata López sustituyó al pueblo; actuó y actúa conforme a su dicho: El pueblo soy yo; empero, generó y genera más pobreza y más pobres, al comprar su voto, con dinero del erario federal, pidiendo prestamos billonarios, que tenemos que pagarlos más temprano que tarde; y en lugar de dar empleo productivo, da limosnas del bienestar en formas de pensiones exclusivas para el consumo, a efecto de que sigan siendo pobres. Todo esto, rumbo al quiebre de nuestras finanzas.

Así, la presidente formal prometió que su gobierno no haría más que un segundo piso sobre lo realizado por su antecesor y amo, consciente de que para ella es un honor ser la simple corcholata de López Obrador.

Y esa presidente formal no entiende el valor de todo lo pasado ni ha sabido diseñar el futuro que nos corresponde a todos los mexicanos.

Al repudiar a ese pasado, escogido según el gusto de su amo López, sigue despreciando a muchas partes valiosas de nuestro proceso histórico; y, así, ella misma se deprecia.

No ha entendido que nuestro legado histórico es irrenunciable, y por eso no valora el necesario rediseño que exige nuestro futuro.

Parece no tener remedio su avergonzado ejercicio presidencial de tipo solamente formal.

Debe saber esa presidente formal que la mayoría de los mexicanos hemos sido, somos y seguiremos siendo dignos; los indignos han sido algunos de nuestros presidentes, sobre todo los acuatados López-Sheinbaum, quienes en la realidad se han doblado frente a Trump.

Requerimos luchar en contra de esos gobernantes del primer piso, y del segundo piso, el real y la formal, separándolos del poder público y, en su caso, sujetarlos a severo juicio de carácter penal, sin ningún margen de impunidad.

Todo por México, y todo por los mexicanos.

- Advertisement -spot_imgspot_img
Noticias Recientes
- Advertisement -spot_img
- Advertisement -spot_img
- Advertisement -spot_img
Noticias Relacionadas