NARCOGOBIERNO EN LA PLANTA BAJA
Para la presidente de México no fue sorpresa; para su amo López tampoco. La turbación, de ambos, fue la forma en que quedaron descobijados.
La propia fiscal de los EU, Pamela Bondi, sin ambages de ninguna especie, frente al senado del Congreso de la Unión Americana, ante la presión de las preguntas, y estando bajo protesta de decir verdad, aceptó, y/o afirmó, que más de la mitad del territorio mexicano estaba en manos de los cárteles de la droga, que en México había un narco gobierno, y que en este momento los adversarios de EU eran Irán, Rusia, China y México.
A la información dada por la fiscal americana, en su comparecencia ante el senado, se sumó la denuncia oficial de Scott Bessent, secretario del Departamento del Tesoro del gobierno estadunidense, quien aseveró: “Tres instituciones bancarias mexicanas: CIBanco, Intercam y Vector, están relacionadas con los tres cárteles principales de México; e, incluso, están vinculadas con movimientos ilícitos del ex secretario de Seguridad Pública de México, Genaro García Luna, con el tráfico de fontanillo y con diversos delitos graves de tipo financiero.”
Y para afectar más a la corcholata, disfrazada de presidente, y al jefe de ese narco gobierno, quien vive como reyezuelo en su racho de Palenque, resultó que el accionista mayoritario de esas instituciones bancarias es Alfonso Romo, quien fuera el jefe de la oficina de la presidencia en el sexenio de Andrés Manuel López Obrador, y su principal asesor financiero.
No se nos olvide que el mismo Amlo aseguró: “El presidente sabe todos lo cochupos que hay en el gobierno.”
Todo esto debe hacernos recordar lo afirmado por uno de los fundadores de Morena, Porfirio Muñoz Ledo, poco antes de morir, en un programa de Adela Micha: “El presidente Andrés Manuel López Obrador tiene una alianza con el narcotráfico, y esa alianza no es heredable. Una de las ansias de Andrés es perpetuarse en el poder, y lo intenta engañando al pueblo, haciendo de la política un mazacote peligroso; pero Andrés es un hombre de muchos temores. Le teme al ejército, por eso le ha dado todo. El ejército tiene un diagnóstico de todos sus problemas físicos y psicológicos. Me pueden matar por todo lo que estoy diciendo, pero he dejado en mis archivos, muy bien guardados, documentos que incriminan a todos los que quieren hacerme mal. México vive en un narco estado.”
Ahora, por simple lógica, si la planta baja es todo un narco estado, a la cabeza del cual estuvo, real y formalmente, Andrés Manuel López Obrador, el segundo piso, como lo llama la presidente formal de México, es y seguirá siendo la prolongación de ese narco estado.
Y más cerca que distante, ese segundo piso se vendrá abajo, al no tener el sustento necesario, para un sano desarrollo de nuestro país.
Están quebrando a la economía. En menos de un año se ha gastado, en simple consumo, cerca de dos billones de pesos la señora presidente, y sin producir nada.
La política de las mentiras está entrando al agotamiento, nacional e internacionalmente.
Acaso, este narco estado sume la implosión y la explosión para finiquitarlo lo más pronto posible, a efecto de que no siga dañando tan severamente a nuestro país, y para que México logre retornar a la vida democrática.
Una democracia que borre toda autocracia concentradora de poder; una democracia en que todos los servidores públicos tengan que rendir cuentas, exactas y claras, ante instituciones dirigidas por personas honorables, capaces, con independencia; una democracia en donde cada individuo goce de derechos humanos garantidos por la Carta Magna, para que queden protegidos en juicios de amparo con suspensiones provisionales y definitivas, conforma a la ley; y en donde los ministros, los magistrados y los jueces den cuenta de su honorabilidad legal ante otras instituciones honorables y vigilantes; una democracia que observo como una meta, pero sobre todo, como todo un proceso que día a día, debe ser evaluado, para su mejoramiento y eficiencia.
Empero, la presidente vuelve a afirmar: “Soy necia, necia, necia, y seguiré la construcción del segundo piso”.
Y ahora agrega: “Traemos amor, amor, mucho amor…”; sí, pero amor por los narcos, amor por la inseguridad, amor para que falten las medicinas, amor por el huachicol, amor por la corrupción, y amor por el jefe López de los morenazis.