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lunes, septiembre 8, 2025

¿TERCERA GUERRA MUNDIAL?       

DESTINO DEL MUNDO                                        

La presidente de México, en su reciente Primer Informe, lanzó una frase alentadora: “¡Vamos bien y vamos a ir mejor!”

Empero, Beatriz Pagés con su puntual crítica planteó: “¿Vamos requetebién?; no, no importa que la ‘noche oscura del neoliberalismo’ (a la que se refirió la presidenta) se haya convertido en una noche narca donde sólo unos cuantos ostentan el poder absoluto.”

Si analizamos estas dos formas de pensar, sobre la realidad de nuestro país, observaremos que el gobierno mexicano está siendo obsequioso, erráticamente, con la ambiciosa y egoísta política del presidente Donald Trump.

Al plan diseñado por Trump le conviene, lamentablemente, que a México no le vaya bien, ni menos que mejore.

Y sin empacho alguno, el presidente estadunidense publicita: “Sheinbaum es una mujer estupenda, increíble, elegante y hermosa; pero México está dirigido por los cárteles, y ella les tiene miedo, y no puede pensar con claridad.” ¡Pobrecita!

Ante tamaña afrenta, nuestra presidente formal desatina al responder con actitud modosita: “No quisiera que esto se volviera un debate ante los medios de comunicación. Respetamos mucho al presidente Trump. Agradezco la buena mención que hace de mi persona. Nosotros nos quedamos con la parte de buen entendimiento.”

Más nos valdría que la presidente de México guardara silencio, en lugar de responder de forma tan vacua.

La respetada diplomacia mexicana ha quedado arruinada por el obradorato y su corcholata disfrazada de presidente.

Ante un machacador como Trump, aquella tradicional política exterior de México, a base de inteligencia, eficacia y seriedad, se siente necesaria, en grado de urgencia.

Los mensajes del actual presidente de EU no son bien calificados por la sociedad estadunidense, desde el cambio de nombre de la secretaría de la defensa (Pentágono), por la secretaria de guerra; hasta la agresividad de alentar el anuncio (tipo medio oeste americano del siglo XIX), con la foto de Nicolás Maduro: “SE BUSCA. VIVO O MUERTO”, con recompensa de 50 millones de dólares.

Independientemente de lo descalificado que está Maduro, esta ocurrencia puede conducir a que también se publiciten otros carteles igual de estúpidos: vivo o muerto a Trump, con recompensa de 500 millones de dólares; o a Putin, o a Xi-Jinping, por esa misma cantidad; o a cualquier otro jefe de estado, incluyendo a la dupla mexicana (Sheinbaum-López), por 100 pesos.

Ha motivado Donald Trump muchos rechazos en contra de él. Este fin de semana, en un campeonato de tenis realizado en Nueva York, recibió un abucheo total de los espectadores.

Al igual que ha causado la reunión de cuatro líderes mundiales: Xi-Jinping de la República Popular China, Vladimir Putin de la Federación de Rusia, Narendra Modi de la República Federal de la India, y Kim Jong-un de la República Popular Democrática de Corea, para hacerle frente al gobierno de Trump; y, éste, no tuvo más que desearles “un próspero futuro juntos.”

Pero, ¿qué necesidad de andar alborotando, en su contra, a cerca de la mitad de los seres humanos del planeta?

Cuando a Trump lo hacen enojar, suele descargar su coraje con quien esté a su alcance, y sea débil: México es ideal para ese brutal desfogue donaldtrumpeano.

Y de seguir así, de encabritado, el presidente Donald Trump provocará la tercera guerra mundial, en contra de la voluntad de la gran mayoría de los cerca de 8 mil millones de habitantes humanos que tiene la Tierra, con afectación bestial para todos los seres vivos (animales y vegetales) que alberga nuestro planeta azul.

La consagrada grandeza de EU está achicándose con Trump, severamente; esto repercute en México (de variadas formas), donde el poder absoluto lo comparte el narco gobierno (Sheinbaum-López) con los poderosos cárteles que están globalizados y marcados como terroristas.

En su reciente visita a México, el secretario de estado Marco Rubio señaló a nuestro país más de 50 trabas comerciales que, al ser corregidas, nos dejarán afectados duramente.

Si los líderes del mundo fuesen más inteligentes y sensatos, y la población humana más valiente y preparada, un mejor futuro podríamos obtener para todos.

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