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lunes, octubre 27, 2025

TUMBAS POR DOQUIER        

MÉXICO NO MUERE                                                                                               

Matemática, biológica e históricamente, los mexicanos tenemos más muertos que vivos.

A ese hecho irrefutable lo ha multiplicado, de forma geométrica acelerada, el crimen organizado y el gobierno narco que padecemos actualmente.

El 2 de noviembre está próximo.

Las flores de Cempasúchil (con su esplendor amarillo) ya se encuentran a la venta, y los cementerios ya se alistan para recibir a los vivos que suelen visitar las tumbas de sus seres queridos, ya difuntos.

Las buscadoras de los desaparecidos, con su oficio nuevo y noble, impuesto por nuestra trágica realidad, prosiguen en su afán de sacrificio, y esperanza.

Para morir, sólo se requiere un requisito: Estar vivo.

Y para desaparecer, es necesario vivir en México, o en algún país en donde haya un gobierno corrupto e inepto como el nuestro.

El británico Thomas Hobbes (1588-1679) filosóficamente nos mostró que, en su naturaleza original, “el hombre es el lobo del hombre”, por eso calificó de necesario y positivo un ‘Leviatán’; es decir, un pacto social creador de un gobierno que garantizara la seguridad pública, el orden y la paz.

Juan Jacobo Rousseau (1712-1778), ginebrino francés, tomó de Hobbes la idea de un contrato social entre los individuos humanos, para obtener una seguridad pública que les diera paz para su desarrollo.

Muchos países actuales desarrollaron, en sus orígenes, y a su manera, el concepto de un ‘Leviatán’; México entre ellos.

Nuestro actual ‘Leviatán’ se llama, a sí mismo, la ‘4T’, se apoda ‘morenismo’, u, ‘obradorato’, y sirve para pura ‘chingada’, al igual que una opulenta finca chiapaneca de dolorosa memoria, porque a la población le ha costado muchísimo, y su dueño es un rico hacendado que sigue ejerciendo el poder presidencial, desde el cinismo y la ilegalidad.

Estados Unidos de América también tiene su ‘Leviatán’: acaso, sería más propio denominarlo, en este ya moribundo año 2025, como un ‘Leviatán’ de leviatanes, característica desarrollada de ese sistema Estado-Gobierno que nunca se imaginó Hobbes, por estar clavado en su contractualismo mecanicista.

EU es el eje del capitalismo en el mundo; por ello, es el Estado-Gobierno a través del cual giran muchos estados-gobiernos de diversos tamaños y poderes, incluyendo a México.

Tiempos mejores ha vivido EU con su sistema poderoso; y, por ende, carga con una responsabilidad rigurosa; empero, hoy por hoy, tiene un presidente que desea ser ‘King’, pero sus miserables actos y su inflexible sociedad, no se lo permiten del todo: “NO KING” es la frase más popular que circula entre nuestros vecinos del norte, actualmente.

El presidente Donald Trump, con su autoritarismo, desplaza su poderío naval, aéreo, y de infantería, con el más poderoso de sus portaviones, atómico, y con los más modernos y mortíferos aviones a propulsión a chorro, bajo el supuesto pretexto de acabar con los traficantes que introducen drogas a territorio estadunidense.

Parece una guerra mundial; pero, en su realidad, es el parto de las montañas, presumiendo un ratoncito.

Con esa brutal fuerza atómica, exclusivamente ha hundido lanchas más pequeñas que las que navegan por nuestro Lago de Pátzcuaro, asesinando a sus tripulantes, quizá narcos, o acaso pescadores. ¡Sepa la mocha!, como decíamos en nuestra infancia.

Esa acción de Trump, es un ejemplo, de que lo enorme, puede producir pequeñeces.

Algo similar pasa en México, pero al revés, un gobierno de cero, nos cuesta más de una decena de billones de pesos. Nuestro ‘Leviatán’ (huehuenche), obligado a brindarnos una eficaz seguridad pública, produce millones de muertos y desaparecidos, y tumbas por doquier.

La capacidad de nuestro ‘Leviatán’, Sheinbaum-López, es de una pequeñez, al nivel de sus mañaneras, pero el daño que producen es ciclópeo, gigantesco, por eso han provocado tantísimos deterioros.

Todo México es una tumba; todo México honra a sus muertos.

El músico y violinista oaxaqueño José Macedonio Alcalá Prieto (1831-1869), nos legó la música y la letra del vals ‘Dios nunca muere’; en parangón, podemos decir: México nunca muere, ni nunca morirá, a pesar de todo el caos que están produciendo los ineptos de este gobierno narco y corrupto, de dos cabezas… de dos cabezas que sólo funcionan para bien de su dictadura, pero, para mal de los mexicanos.

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