Novias, divas, y personajes vestidas de gala pasearon por la Avenida Madero
Ataviadas en sus galas más vistosas, unas acompañadas de sus catrines galanes, otras solitarias, cerca de 3 mil catrinas engalanaron el Centro de Morelia esta tarde noche, a su paso, para recordar que aquí la muerte cobra vida y tradición.
Avanzaron con garbo ellas y ellos. Las novias de largo vestido blanco portando su ramo de boda de Cempazuchitl, las divas y personajes de aquella época del cine de oro mexicano iban del brazo de sus trajeados acompañantes, vestidas en prendas vistosas y con su rostro blanqueado, algunas al descubierto iluminadas por las velas a su paso por el tenuemente iluminado paseo de la avenida central, otras semicubiertas por el característico enorme y lujoso sombrero.
Tres enormes figuras en zancos, en atavío tambien de gala para no desentonar con el elegante contingente, acompañaron a esos jóvenes caracterizados pertenecientes a universidades y diversas organizaciones y grupos, que partieron con luz del Sol desde la fuente de Las Tarascas y pararon frente a la Catedral cuando el cielo había oscurecido.
Hicieron las delicias de los espectadores que abarrotaron ambos costados del camino silencioso que, a paso lento y con estilo, llenaron con su presencia esperada, para después perderse en el simbolismo y sincretismo de los altares levantados en las plazas principales del Centro Histórico de la señorial Morelia.



