Fueron colocadas por diversas organizaciones en la Plaza de Armas con motivo del Día Internacional de las Víctimas De Desaparición Forzada
El día 30 de agosto del presente año con motivo del Día internacional de las víctimas de desaparición forzada, la organización Familiares Caminando por Justicia llevó a cabo una actividad artística y de memoria que consistió en colgar los rostros de sus familiares desaparecidos en un árbol de la Plaza de Armas en la ciudad de Morelia Michoacán, denominándolo “Árbol de la memoria” significado que se le atribuyó desde las familias en virtud de que durante 10 años hemos bordado en ese espacio público los rostros y nombres de los desaparecidos; se extendió la invitación a todos los colectivos de Michoacán y familiares que busquen a sus seres queridos en este estado.
Esta actividad se llevó a cabo en este lugar donde hemos resistido y denunciado dichas violaciones graves a los Derechos Humanos, así como exigiendo verdad y justicia, por ese motivo se decidió que ese espacio debía ser reconocido por la sociedad como el lugar donde se visibilizara esa problemática social pero además se mantuviera como un lugar de construcción de memoria desde las víctimas. Ese día varios colectivos pusieron sus fichas: Familiares caminando por justicia, Decofem, En tu búsqueda Pátzcuaro, y varios familiares más de distintos colectivos del estado.
Denunciando que el día de hoy los familiares nos percatamos de que los rostros y el material colocado por las víctimas fue retirado, dejando únicamente los espejos que también se colocaron cuyo significado es que al vernos entendamos que cualquiera podemos desaparecer en este contexto de desapariciones generalizadas y sistemáticas como lo han dicho organismos internacionales y como hemos podido constatarlo con nuestras documentaciones.
Siendo entonces que las autoridades retiraron el “Árbol de la Memoria”, un espacio construido colectivamente para recordar a quienes han sido desaparecidos y para mantener viva la exigencia de verdad y justicia. Este acto no sólo elimina un objeto físico: borra simbólicamente un lugar de encuentro, duelo y resistencia.
Nuestra acción tiene fundamentos sólidos en la construcción de memoria que es fundamental en sociedades heridas por la violencia.
Es un derecho de las familias y de la comunidad sostener espacios que dignifiquen a las víctimas y reconozcan el dolor que habita entre nosotros. Estos memoriales no son ornamentos: son territorios de verdad, de cuidado y de esperanza.
A las autoridades que se atrevieron a retirar nuestras piezas les exigimos:
1.- La devolución de las piezas porque no son solo papel plastificado, sino que son rostros de personas desaparecidas resultado del incumplimiento de sus obligaciones en materia de derechos humanos, al no haber respetado la vida, la libertad y la dignidad de las personas y mucho menos investigar los casos para evitar la impunidad persistente.
2.- Que respeten ese espacio como un sitio de memoria desde las víctimas de desaparición y sus familiares, pues los Estados tienen la obligación de garantizar políticas de memoria que aseguren la preservación de los sitios de memoria y eviten la sustracción, destrucción o falsificación de información relevante para la justicia y la reparación.
3.- De las autoridades como el presidente de la Comisión Estatal de Derechos Humanos, el comisionado de la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas, las Comisiones de justicia y derechos humanos del Congreso del estado, la Comisión de búsqueda, la Fiscalía Especializada para la Investigación y Persecución de los Delitos de Desaparición Forzada de Personas y Desaparición Cometida por Particulares, un posicionamiento al respecto dado que el derecho a la verdad está relacionado con el derecho a la memoria y por lo tanto se construye desde las víctimas para que podamos nuevamente colocarlo con el compromiso de los responsables de respetar y resguardarlo, recordando que ostentan puestos de atención con las victimas con las cuales se tiene una deuda histórica.
Hacer memoria es un acto de justicia.