Colorido desfile vistió de colores la Calzada Fray Antonio de San Miguel esta fecha considerada como la segunda más importante para los mexicanos
La devoción mariana del pueblo sufriente pero confiado en la Virgen de Guadalupe quedó de manifiesto como año tras año en el emblemático 12 de Diciembre en que los fieles honran a la Madre del Cielo, y vestidos a la usanza de San Juan Diego le visitaron toda la semana para cantarle, bailarle , pedirle y agradecerle de rodillas cumpliendo las mandas. A los piés de la Reina de México y Patrona de América, los penitentes siguen cercanos.
Colorido desfile vistió de colores la Calzada Fray Antonio de San Miguel estos días y en particular en esta fecha considerada como la segunda más importante para los mexicanos y una de las principales para los fieles católicos, en que familias o cofradías acuden a celebrar, más que a orar, y a detenerse unos minutos para contemplarle en el altar donde junto a la hermosa Bandera de México, se yergue hermosa la Morenita del Tepeyac acogiendo a sus fieles todos devotos.
La música no se hizo esperar dentro del fervor guadalupano y el contingente se engrosó con músicos diversos, familias, grupos, los policías también llegaron a rendirle honores a la santa patrona, personal de cuerpos de rescate, y hasta fanáticos de algún equipo de futbol que se concentraron para llevarle «Las Mañanitas» y festejar el cumpleaños de Nuestra Madre, pilar de fé y fuerza de los mexicanos.
Entre flores, rezo del rosario y acordes, niños que ataviados como inditos fueron llevados por sus madres al templo para ser consagrados a la Guadalupana , jóvenes y sobre todo adultos llenaron la avenida empedrada en un interminable desfile mezcla de desvelo, de anhelo y de fervorosa asistencia, tradición de centenarios de un pueblo crecido al amparo del Manto materno de su Virgen.
Esta vez hubo notorio órden en la distribución de los puestos de cañas que quedaron colocados en la lateral sin interrumpir el paso por la avenida peatonal que conduce directo al altar esta vez ocupado por la Reina del Cielo, y los puestos de fritangas y vendimia fueron colocados frente al templo sin obstruir la entrada y dejando libre la explanada para oficiar la Eucaristía que tuvo lugar a las 10:00 horas de este día.
