Mientras niños patean balones entre tumbas, adultos discuten sobre jugadores y equipos
La celebración del Día de Muertos tal parece que va perdiendo su esencia, hoy poco menos silencio y respeto en torno a los rituales.
En estos días hay mucho más bullicio y movimiento de personas.
Poca calma se apreció este jueves, al menos, en las inmediaciones y al interior del Panteón Municipal de Morelia.
Esta reportera apreció como los niños ansiosos por esperar a sus papás durante la visita a sus seres queridos, se dieron tiempo para «echarse una cascarita». Lo de menos era el pariente muerto y a quien llevaban flores.
Apenas encontraron un espacio » plano» entre las tumbas para patear una pequeña pelota y gritar una que otra grosería en su juego para lograr meter gol.
Mientras los chicos jugaban, otro grupo de personas, según ellos con rostros acongojados por el recuerdo de sus muertos, a la sombra de un árbol, sentados en pequeños bancos, hablaban y discutían sobre los equipos y jugadores de futbol mexicano.
Se escuchaba a lo lejos el murmullo del rezo de tres mujeres a su padre, sollozas, repetían, “Dios te salve María…”, pero pronto, el ruido de la gente rompió con la plegaria.
Y sólo el grito de ¡¡¡Gooooolllll!!! de esos cinco chiquillos que jugaban, provocó que el resto de los asistentes a visitar a los muertos guardaran silencio, aunque fuera por unos segundos.
Entonces, tal parece que aquellos que poco saben de la muerte, refrendan que ¡hay que vivir!.
