«Pidamos por los que sufren, por el dolor intenso que tienen las familias, por nuestras autoridades que tienen que contener la violencia y que Dios pueda tocar su corazón»
La Conferencia del Episcopado Mexicano convocó a todas las instituciones, desde la familia que es la primera y la más importante, los gobiernos, las instituciones educativas, las empresas, todas las iglesias y todas las religiones a unirse en un pacto por la paz, ante el escenario de violencia en el país que, contrario a combatirse y resolverse y atenderse, crece cada vez más.
En un mensaje emitido en las últimas horas, los obispos del país afirman que «el pueblo le pide al Estado que los proteja, que les de seguridad», que los espacios de convivencia estén libres, las calles, los jardines, las carreteras: «libertad de movimiento, y eso le corresponde a la autoridad garantizarlo», afirman.
En voz del presidente de la CEM, Monseñor Rogelio Cabrera López, quien es obispo de Monterrey, consideran que hay muchas salidas para resolver los graves conflictos como es el caso de la violencia generalizada en México, y asumen que desde su papel al frente del pueblo de Dios «nosotros tenemos una puerta de salida que es la más bonita, la más importante: la oración», misma que permite mirarnos a nosotros mismos, mover las conciencias y asumir la corresponsabilidad, pronunció.
«Pidamos por los que sufren, por el dolor intenso que tienen las familias, por nuestras autoridades que tienen que contener la violencia y que Dios pueda tocar su corazón», prosigue en el sentido mensaje en que asienta que la oración nos permite poner todo en manos de Dios y «también nos recuerda que Dios nos encarga ser promotores de la paz».
