En conmemoración del día en que el hombre llegó a la Luna, experto de la UNAM comparte información para visibilizar la importancia de este astro
Cada año, el día 20 de julio se celebra el Día Internacional de la Luna, declarado así por las Naciones Unidas, en conmemoración de la fecha en que el ser humano llegó por primera vez al único satélite natural de nuestro planeta. Desde las civilizaciones más antiguas, hasta la actualidad, la Luna ha causado fascinación e interés por conocerla más. Por ello, en el marco de esta fecha internacional, el doctor Mario Rodríguez Martínez, profesor e investigador del Laboratorio de Ciencias Geoespaciales (LACIGE), de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), campus Morelia, comparte información sobre este satélite.
En palabras del experto, la Luna cumple diversas funciones esenciales para la Tierra. Por ejemplo, estabiliza el eje de rotación terrestre, con lo que permite que haya estaciones climáticas relativamente constantes y estables por largos periodos. También regula las mareas gracias a la fuerza gravitacional, lo que influye en los ecosistemas costeros y en la dinámica del océano global. Además, actúa como escudo natural, pues ayuda a reducir la frecuencia de impactos de asteroides sobre la Tierra.
“Sin la Luna, es probable que la vida compleja tal como la conocemos no hubiera surgido. Las mareas inducidas por la Luna crearon ciclos de humedad y sequedad en las costas primitivas, lo que habría favorecido probablemente la evolución de organismos del mar hacia la tierra. Además, hay quienes opinan que la Luna ha contribuido a la estabilidad climática a largo plazo”, recalcó el experto en ciencias espaciales.
Actualmente este satélite es foco de atención científica y tecnológica de proyectos internacionales, como el Programa Artemis de la NASA, el cual pretende la exploración del polo sur lunar, a una región donde se sabe que hay agua congelada. Otras agencias, como ESA (Europa), CNSA (China), JAXA (Japón) y Roscosmos (Rusia) “desarrollan misiones para estudiar su geología, su origen y los recursos que posee. Buscan recursos que permitan generar bases desde donde se pueda lanzar nuevas misiones a otros planetas, asteroides o cometas. Incluso se investiga el uso de la Luna como plataforma para telescopios astronómicos y la creación de futuras bases lunares”, destacó el doctor Mario Rodríguez.
Así, las investigaciones pretenden establecer bases habitables en la Luna y la extracción de recursos como agua y minerales. Estudios recientes revelan que el agua en la Luna puede usarse no solo para beber, sino para producir oxígeno e hidrógeno, esenciales para la vida y como combustible. Además, se intenta lanzar misiones interplanetarias desde su superficie, debido a su menor gravedad, y utilizarla como laboratorio natural para estudiar el origen del Sistema Solar.
Sin embargo, el doctor Mario Rodríguez señala que el auge de misiones privadas y la extracción de recursos plantean desafíos legales y éticos, como la repartición de los recursos, la supervisión del uso sostenible del espacio lunar, la contaminación por la actividad humana y la regulación de la basura espacial. Asuntos que deberán ser atendidos desde los tratados internacionales, como el Tratado sobre el Espacio Ultraterrestre de 1967, firmado por más de 110 países, que establece que ningún país puede apropiarse de la Luna, y el Acuerdo de la Luna (1979), firmado por pocos países.
En el Campus Morelia de la UNAM, particularmente en la Escuela Nacional de Estudios Superiores (ENES), el Instituto de Geofísica unidad Michoacán (IGUM) y el Instituto de Radioastronomía y Astrofísica (IRyA), se estudian temas relacionados con cuerpos del Sistema Solar, geología planetaria, astrofísica planetaria, y dinámica orbital, que incluyen a la Luna como objeto de interés indirecto en muchos modelos, por lo que Michoacán se ubica en el mapa de las investigaciones internacionales sobre la Luna. Además, Investigadoras del Instituto de Geofísica de la UNAM, en Ciudad de México, estudian el registro fósil del bombardeo meteórico del Sistema Solar, que ya no existe en la Tierra debido a la erosión y tectónica de placas.
Además, desde la divulgación científica y la astronomía observacional, la UNAM realiza actividades gratuitas para el público en general, como observaciones lunares, talleres educativos y conferencias.
Por último, el experto universitario compartió un último dato importante: “La Luna se está alejando de la Tierra a una velocidad de aproximadamente 3.8 cm por año. Esto tiene implicaciones a muy, muy largo plazo: por ejemplo, en millones de años, los eclipses solares ya no ocurrirán tal como los vemos ahora”. Por tal motivo, los investigadores continúan develando todos los enigmas que encierra este satélite natural, en beneficio de la humanidad.