La paz no puede imponerse ni lograrse de manera automática, sino que requiere de voluntad, compromiso y apertura al mensaje de Dios, afirma el arzobispo
En medio del clima de violencia que sacude la entidad, el arzobispo Carlos Garfias Merlos lanzó un llamado urgente y enérgico a la paz, luego del asesinato de Bernardo Bravo Manríquez, presidente de la Asociación de Citricultores del Valle de Apatzingán.
Sin embargo, el prelado admitió que estos exhortos “se encuentran rebasados ante un sector de la población que no quiere escuchar”.
Garfias Merlos explicó que la paz no puede imponerse ni lograrse de manera automática, sino que requiere de voluntad, compromiso y apertura al mensaje de Dios.
“Ahí está la oración que hacemos en todos los espacios y quien quiera dejarse influenciar por la oración, ahí está. Son llamados que no son automáticos ni mágicos, implican la responsabilidad y el compromiso de las personas. Nosotros los que somos líderes en este tema seguiremos creando y buscando alternativas, pero no es porque yo lo digo automáticamente se tenga que hacer”, subrayó.
El arzobispo insistió en que las personas involucradas en actividades ilícitas deben escuchar la palabra divina, ya que de otro modo los esfuerzos eclesiásticos por la paz seguirán sin eco.
“Son rebasados en cuanto a la respuesta de las personas, pero seguiremos haciéndolo. Tengo 20 años haciéndolo y seguiré haciéndolo con toda la convicción que pueda tener y con todos los elementos que a estas alturas tengo de experiencia para construir la paz”, apuntó.
El jerarca católico precisó que la Arquidiócesis de Morelia mantiene 36 Centros de Escucha para brindar acompañamiento y atención integral a las víctimas de la violencia.
Además, expresó que la institución se suma al duelo por el homicidio de Bravo Manríquez, al tiempo que reafirmó su esperanza en una sociedad justa y pacífica, donde reine la equidad y el esfuerzo cotidiano sea respetado.
