La fracción del PAN desplegó una lona exigiendo justicia para el alcalde caído y el diputado priista Guillermo Valencia Reyes dedicó su discurso a honrar a las víctimas de la violencia
La sesión extraordinaria de la 76 Legislatura no solo fue el escenario para que Grecia Quiroz García rindiera protesta como alcaldesa de Uruapan.
También fue el escenario donde el Movimiento de la Sombreriza descargó su ira contra uno de los suyos, el diputado Conrado Paz Torres, quien —según gritaron— había traicionado sus ideales al sumarse al Partido de la Revolución Democrática (PRD).
El Congreso estaba repleto. Entre sombreros, consignas y gritos de “¡Fuerza Uruapan, fuerza Michoacán!”, el ambiente era tan intenso como el clima político.
Paz, quien ganó su curul en 2024 impulsado por el movimiento independiente, soportó en silencio la lluvia de reclamos.
“¡Traidor!”, le coreaban sin pausa, desaprobando su reciente adhesión al partido Sol Azteca y el abandono de su aliado Alejandro Bautista Tafolla.
El momento más tenso ocurrió cuando, en la votación nominal para designar a Grecia Quiroz como presidenta municipal —tras el asesinato de su esposo, Carlos Manzo—, Paz levantó la voz apenas para decir.
“Conrado Paz, a favor”. De inmediato, las gradas respondieron con gritos de “¡Traidor!”, repetidos en coro. Nadie lo respaldó, ni siquiera sus nuevos compañeros de bancada.
Un asesor se acercó rápidamente para retirarlo del pleno, mientras el resto de los legisladores procedía a recibir a Quiroz García para la protesta de ley.
La nueva alcaldesa, entre lágrimas y aplausos, escuchó las porras de “¡No estás sola!” y “¡Carlos vive!”.
El recinto estaba saturado, más de un centenar de periodistas cubrían el evento que acaparó la atención nacional.
La mayoría de los legisladores acudió vestida de negro, en señal de duelo, salvo excepciones como las diputadas Diana Mariel Espinoza —de blanco—, Sandra Olimpia —de blanco y negro—, y Alfonso Chávez —de azul—.
En ese mismo contexto, el diputado priista Guillermo Valencia Reyes dedicó su discurso a honrar a las víctimas de la violencia, pero fue abruptamente interrumpido por el petista Baltazar Gaona, quien lo instó a “guardar esos discursos para una sesión normal”.
Valencia replicó llamándolo “palero”, encendiendo aún más el debate.
El diputado Bautista Tafolla, en señal de luto, colocó un moño negro en su curul.
La fracción del Partido Acción Nacional (PAN) desplegó una lona exigiendo justicia para el alcalde caído, recordado como “el mejor de México”.
Mientras tanto, el Movimiento de la Sombreriza mantenía firme su consigna, al señalar a quien, según ellos, les dio la espalda.
“¡Traidor!”, resonaba como eco de una historia de lealtades rotas y política sin tregua.



