El dirigente lamentó que una marcha que nació desde un sector de la generación Z terminara con la presencia de actores con intereses partidistas
Para Octavio Ocampo Córdova, dirigente estatal del Partido de la Revolución Democrática Michoacán (PRDM), la marcha ciudadana realizada tras el asesinato del alcalde de Uruapan, Carlos Manzo Rodríguez, quedó empañada por la presencia de militantes de diversos partidos.
El perredista calificó como “políticos vivales” a quienes acudieron para intentar sacar provecho del descontento social.
Ocampo sostuvo que la intervención de representantes del Partido Revolucionario Institucional (PRI) y de Acción Nacional (PAN) distorsionó el sentido original de la movilización.
Y es que, entre los asistentes cobró notoriedad la presencia de René Valencia Reyes, hermano del dirigente estatal del tricolor, Guillermo Valencia, así como de cuadros panistas.
“Supe que hubo diferencias entre priistas y panistas porque ambos andan queriendo colgarse de una tragedia como lo fue la de Carlos Manzo. Y entonces ese fue el resultado, la población tiene todo el derecho de usar las calles para manifestarse porque al igual lo hemos hecho nosotros, sin embargo considero que se debe de hacer de manera pacífica”, expresó.
También subrayó la necesidad de preservar el patrimonio histórico de Morelia y evitar afectaciones a terceros durante las manifestaciones.
Consideró fundamental que cualquier protesta respete los edificios históricos, al ser parte de la riqueza cultural de la ciudad.
El dirigente lamentó que una marcha que nació desde un sector de la generación Z terminara con la presencia de actores con intereses partidistas.
“El resultado que nos deja la manifestación me parece que hay muchos políticos vivales que les da por quererse colgar o sacar ventaja y aprovecharse de las tragedias, esta manifestación originalmente era convocada por un sector de la población que hoy están denominados las jóvenes de la generación Z”, señaló.
A pesar de que la protesta no estuvo conformada exclusivamente por jóvenes de esa generación, sino por ciudadanos en general, insistió en que la actuación de los políticos “mancha” un ejercicio social auténtico cuyo carácter legítimo quedó vulnerado.



