Con el argumento de “la sana relación entre poderes”, se confunde constantemente “cortesía con zalamería”, afirma la diputada
“Salarios elevados, favores que se pagan y se cobran” como prácticas cotidianas del parlamento reconoció la coordinadora de la fracción parlamentaria del Partido del Trabajo (PT), Brenda Fraga Gutiérrez al arremeter contra el Congreso del Estado y llamarlo “pusilánime” por sujetarse a las ramplonas órdenes del Ejecutivo.
Así lo dejó de manifiesto durante el arranque del tercer periodo de labores de la 73 Legislatura y acusar al parlamento michoacano de vivir realidades apartadas de la problemática apremiante de la sociedad.
Frente al jefe del Ejecutivo estatal, Silvano Aureoles Conejo, la diputada petista lamentó que una de las prácticas cotidianas del parlamento michoacano sea priorizar intereses partidistas o grupales, el poco esfuerzo y dedicación para lo trascendental, protocolos, solemnidades y comúnmente participaciones y propuestas irrelevantes e incluso banales.
“Pero una de las circunstancias más preocupantes en este Congreso, es sin duda, su papel pusilánime con el titular del poder Ejecutivo en el Estado, ya que con el argumento de la sana relación entre poderes, se confunde constantemente en este parlamento, cortesía con zalamería”, recalcó.
Lamentó que toda observación hecha por el Congreso al Ejecutivo, pase “por poderosos censores” que hacen hasta la imposible por minimizarla para “no raspar la delicada imagen pública” del Aureoles Conejo.
Subrayó que la labor de todo Congreso es hacer preservar el equilibrio entre los diferentes niveles gubernamentales y constituir un verdadero contrapeso frente al resto de los poderes, pero lamentó la actitud de servilismo del Legislativo ante el Ejecutivo.
“Hoy cuando se dice que en Michoacán se están haciendo las cosas bien, preguntamos al gobernador acerca de grandes pendientes que no se pueden minimizar, ni mucho menos se pueden pasar por alto por un afán propagandístico”, manifestó.
Lamentó que las “aspiraciones políticas del gobernador del Estado lo lleven a minimizar la gravedad de la problemática estatal, con el “abierto afán de restarle importancia en bien de su imagen personal como personaje presidenciable”, mientras el Congreso permanece mudo ante tales hechos.