ENVEJECER CON DIGNIDAD
Un reciente estudio científico reveló que el envejecimiento humano no ocurre de manera continua, sino en dos grandes oleadas. Estas etapas críticas suceden aproximadamente a los 44 y 60 años, cuando miles de moléculas cambian drásticamente su actividad.
Los investigadores analizaron más de 135 mil biomarcadores en sangre, piel, heces y mucosas de 108 voluntarios sanos. Durante esos dos momentos clave, aumentan los riesgos de enfermedades cardiovasculares, renales, metabólicas y alteraciones en la piel y músculos.
También se detectaron cambios abruptos en funciones inmunológicas, metabolismo de lípidos y alcohol, y capacidad de transportar oxígeno. Estos hallazgos sugieren que, a los 44 y 60 años, el cuerpo experimenta una reorganización molecular profunda y simultánea.
Reconocer estos picos de envejecimiento abre posibilidades para detectar enfermedades y aplicar tratamientos antes de que avancen.
Al llegar a los 60 años o más, las personas suelen experimentar una serie de cambios psicológicos que, aunque naturales, pueden variar mucho según el estilo de vida, la salud, el entorno social y la historia personal.
Entre los cambios más significativos son los cognitivos, por ejemplo, puede haber una leve disminución en la memoria de corto plazo, aunque la memoria a largo plazo suele mantenerse estable.
Se vuelve más difícil mantener la atención sostenida o dividirla entre varias tareas y disminuye la capacidad de resolver problemas nuevos rápidamente, mientras que la inteligencia cristalizada (conocimiento acumulado) se conserva mejor.
También se registran importantes cambios emocionales, como una mayor susceptibilidad a la depresión y ansiedad; factores como la pérdida de seres queridos, la jubilación o problemas de salud pueden desencadenar trastornos del estado de ánimo. Crece la melancolía y la revisión del pasado, por lo que es común que las personas mayores reflexionen sobre su vida, lo que puede generar tanto satisfacción como tristeza.
Pero no todo es negativo, por que a esa edad se desarrolla una resiliencia emocional, ya que muchas personas desarrollan una mayor capacidad para afrontar adversidades, gracias a la experiencia acumulada.
Siempre será necesario contar con el acompañamiento familiar y comunitario que se vuelve clave para mantener el bienestar psicológico.
Mantener una actividad que ejercite tu cuerpo y tu mente, ayudará a que la nueva etapa de la vida, sea una tersa transición hacia la vez.