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miércoles, agosto 27, 2025

TRABALENGUAS

JILGUERILLO

El asunto que tiene muy preocupada a la presidenta Claudia Sheinbaum y a sus súbditos de la 4T, son las confesiones que pueda realizar el “Mayo” Zambada a las autoridades de Estados Unidos, una vez que se ha declarado culpable de los delitos de narcotráfico que le imputan, y que ha reconocido haber dirigido una red criminal por 50 años y sobornado a políticos y militares mexicanos.

En la corte Federal de Brooklyn, “El Mayo” leyó su declaración de culpabilidad, admitió cargos por conspiración de crimen organizado y por encabezar una empresa delictiva, lo que reveló la magnitud de su influencia en el mundo del narcotráfico.

Durante la audiencia aceptó que, desde los inicios de sus operaciones y hasta su captura, sobornó de manera constante a policías, militares y políticos mexicanos.

Las afirmaciones del capo confirmaron que la corrupción no fue un hecho aislado, sino una estrategia sistemática para garantizar el funcionamiento ininterrumpido de su organización.

El pago de sobornos se consolidó como herramienta clave para evadir la justicia, asegurar protección institucional y ampliar el poder de su red criminal.

Hay que imaginarse la gran cantidad de políticos que han estado vinculados con las operaciones ilegales del Cártel de Sinaloa por más de medio siglo.

De ahí que la captura repentina del barón del narcotráfico por parte de Estados Unidos, sin avisar a las autoridades mexicanas, haya ocasionado un cisma en la clase política mexicana.

Aún peor, el que se haya declarado culpable de los delitos y pase a formar parte del grupo de testigos protegidos que, el gobierno estadunidense utiliza para obtener toda la información posible sobre sus acciones criminales.

Esa información es vital para Trump, en momentos en que su administración ha declarado la guerra a los grupos de narcotraficantes denominándolos terroristas.

Por ello, resulta absurdo pensar que no revelará el nombre de todos los narcopolíticos que le han brindado protección, como la declaró en su momento su abogado Frank Pérez quien descartó cualquier cooperación.

Así que El Mayo, para evitar la pena de muerte, debió declararse culpable, deberá pagar 15 mil millones de dólares de multa y cantar como un jilguerillo.

De ahí el pánico en que viven muchos políticos de diversos partidos, pero especialmente los identificados con la 4T de la presente y pasada administración.

Una bomba de tiempo está por estallar en México, sino al tiempo.

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