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jueves, octubre 2, 2025

TRABALENGUAS

NIÑAS MADRES

Miles de niñas dan a luz cada año en México, tan solo en 2024 se registraron 89 mil 597 nacimientos de madres menores de edad, es decir, alrededor de 245 bebés al día, según cifras dadas a conocer por el INEGI. La tasa de natalidad en niñas de 10 a 17 años fue de 10.1 por cada mil mujeres.

Los tres estados con más embarazos en niñas de 10 a 17 años, son EDOMEX con 11 mil dos nacimientos, Chiapas con 9 mil 176, y Jalisco con 6 mil 101.

Sin embargo, en 2024 los nacimientos en México descendieron a un millón 672 mil 227, lo que representa una caída del 8.2 por ciento respecto a 2023.

Las entidades con las tasas más altas de natalidad fueron Chiapas, Durango, Nayarit y Guerrero, mientras que las más bajas se registraron en Ciudad de México, Yucatán, Hidalgo y Estado de México.

En Michoacán se registraron en el mismo periodo, 4 mil 426 nacimientos, cuyas madres tenían entre 10 y 17 años de edad. El embarazo en este grupo poblacional es un fenómeno complejo que responde a múltiples causas interrelacionadas.

Una de ellas es la violencia sexual, ya que muchas niñas embarazadas han sido víctimas de abuso, a menudo por parte de familiares o personas cercanas. En algunas comunidades, las niñas son entregadas en matrimonio o viven en unión libre desde edades muy tempranas, lo que las expone a embarazos precoces.

Hay falta de educación sexual integral, ya que existe una gran desinformación sobre el cuerpo, la reproducción y los métodos anticonceptivos es común, especialmente en zonas rurales o marginadas.

Pero existen causas estructurales que originan este fenómeno; la desigualdad económica y social, ya que las tasas más altas de embarazo adolescente se registran en contextos de pobreza, baja escolaridad y marginación. Hay abandono gubernamental, pues muchas niñas no reciben apoyo ni justicia tras sufrir abuso, lo que perpetúa ciclos de vulnerabilidad.

Este fenómeno no solo tiene implicaciones en salud pública, sino también en derechos humanos, equidad de género y justicia social, es una realidad que no podemos soslayar, y si podemos resolver conformando grupos de educación sexual en las comunidades y aplicando políticas públicas que protejan a las víctimas y castiguen con severidad a los agresores.

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