TACOS AL PASTOR
La extorsión sigue siendo una de los delitos más común en todo el país, afecta toda actividad productiva y pese a la estrategia federal implementada por el gobierno de la presidenta Claudia Shienbaum, sigue creciendo y está más fuerte que nunca.
Ante ello, la dirigencia de la Confederación Patronal de la República Mexicana, la COPARMEX, denunció que la extorsión tiene de rodillas a miles de empresarios del país, y es un claro reflejo de la falla del Estado.
“No podemos permitir que los grupos delictivos sustituyan al Estado, decidiendo quien trabaja, quien invierte, quien cierra, quien abre y quien se va”, advirtió su presidente Juan José Sierra Álvarez.
Están matando el corazón de México, reclamó. La extorsión se ha convertido en una estructura de control económico y social que amenaza la libertad y la actividad productiva.
Tanto sus llamados de ayuda para combatir la extorsión, como la de miles de mexicanos que intentan salir adelante a través de cualquier actividad emprendedora, son ignorados y terminan siendo víctimas de este delito.
Estamos viviendo una narcoeconomía que nos afecta a todos: productores, distribuidores, vendedores, consumidores y usted, aunque no lo crea, de manera indirecta también ayuda a financiar a los grupos criminales.
A todos los mexicanos nos gustan los Tacos al Pastor, es uno de las platillos típicos y emblemáticos de la comida mexicana, los encuentras en todo el país; desafortunadamente casi todos los ingredientes del famoso taco al Pastor, pagan cuota al crimen organizado.
Productores de cilantro, piña y cebolla pagan extorsión; la carne de cerdo, el jitomate y las tortillas no son la excepción.
Desde 2013, cuenta un empresario de la Confederación Patronal de la República Mexicana en Chilpancingo que el crimen organizado puso el ojo en la industria de la masa. La razón es simple: a diferencia de otras ciudades, como la Ciudad de México, en Acapulco la gente no acude a las tortillerías a surtirse para sus comidas, espera a que algún muchacho en bicicleta vocee que carga kilos de tortillas en su canasta y entrega paquetes de casa en casa.
Ese modelo antiquísimo fue una revelación para grupos de narcotraficantes que entendieron que si controlaban a los tortilleros tendrían de inmediato tres ventajas frente a sus competidores: un muchacho en bicicleta dando vueltas por la colonia podría ser un halcón; y si tiene una canasta, podría ser vendedor de drogas; y si se surte en una tienda, ésta podría ser un centro de pesaje de marihuana y cocaína.
El descubrimiento de esos beneficios para el crimen organizado desató una oleada de extorsiones de tortilleros y tortilleras en Acapulco. A los muchachos se les impuso una cuota de droga que debían vender junto a las tortillas; a los empresarios se les obligó a surtir narcóticos y hasta subir el precio de la masa y hasta el papel para que dieran, a fin de mes, ese excedente al cártel que los extorsionaba. Los que se negaron, los secuestraron. Los que no pagaron, los desaparecieron. Los que denunciaron, los mataron. Para 2016, más de 800 tortillerías cerraron en Acapulco.
La carne de cerdo de rastros cooptados por el cártel en Abasolo, Guanajuato, es la única que puede ser vendida en la región, los ganaderos independientes que intentan vender sus reses en el mercado nacional, son asesinados.
El cilantro también es asunto de interés del narco en Fresnillo, Zacatecas. Existen denuncias anónimas de productores que aseguran que, desde hace dos años, un grupo que dice ser del Cártel Jalisco Nueva Generación tiene apretados a los cilantreros del estado, les cobra tres pesos por cada kilo de cilantro, cantidad que es la ganancia de los productores.
La cebolla producida en Chihuahua y en otros estados, también paga cuota al crimen, así como los productores de jitomate en Sonora.
La piña, también paga en Isla, Veracruz. Le llaman “triángulo piñero” y abarca los municipios de Isla, Rodriguez Clara y José Azueta, en Veracruz. De ahí, dicen sus habitantes con orgullo, sale la piña más sabrosa para los tacos al pastor que se venden por el centro del país: jugosa, abundante, generosa porque ha permitido que se genere riqueza en los pueblos. Pero también está maldita.
Esta es la realidad que vivimos en los tiempos estelares de la 4T, régimen que ha cobijado a los grupos delictivos en los últimos siete años y que han crecido sin control hasta convertir a México en un Narcoestado que comienza a ser peligroso para la comunidad internacional.







