Ricardo Saldaña
EL DISCURSO
El discurso de María Corina Machado al recibir el Nobel de la Paz, es una clara y precisa descripción de lo que nos está pasando en México, sino juzgue por usted mismo.
La ceremonia de entrega del Premio Nobel de la Paz estuvo marcada por una ausencia que, lejos de diluir el mensaje, lo engrandeció.
María Corina Machado no pudo asistir al acto en Oslo debido a las restricciones de desplazamiento que enfrentó desde Venezuela, pero su mensaje estuvo presente a través de su hija, Ana Corina Sosa Machado, quien leyó íntegramente el discurso preparado por la galardonada.
Desde el Ayuntamiento de Oslo, el mensaje de Machado resonó como una defensa firme de la democracia y una advertencia al mundo sobre su fragilidad.
En sus palabras, la líder opositora venezolana vinculó la paz con la vigencia del Estado de derecho y llamó a las sociedades democráticas a asumir que la libertad exige determinación, constancia y sacrificio.
Refirió como Venezuela llegó a la dictadura y dijo: “El régimen se dedicó a desmantelar nuestra democracia: violó la Constitución, falsificó nuestra historia, corrompió a las Fuerzas Armadas, purgó a los jueces independientes, censuró a la prensa, persiguió la disidencia y devastó nuestra biodiversidad”.
Todos y cada uno de los señalamientos son de sobra conocidos por los mexicanos que, durante los últimos siete años de populismo, Morena y sus aliados, ha llevado a México a una dictadura de partido que restringe derechos ciudadanos y preserva la ignorancia para conservar su clientela electoral.
Por ello, el discurso de María Corina cobra mayor relevancia, en momentos en que México está viviendo los inicios de lo que llevó a Venezuela a la ruina y la pobreza.
