Andrés Manuel López Obrador retornó a los espacios mediáticos en las redes sociales para anunciar la próxima aparición del libro de su autoría intitulado Grandeza, el ex mandatario apuntó que dicho texto se trata de una reivindicación a los pueblos originarios, un tema abordado en múltiples ocasiones en su administración.
La aparición del ex presidente generó muchas reacciones en los espacios virtuales, comentarios de toda índole porque López Obrador siempre genera ese ruido mediático, en su momento hablaremos de su libro y los temas que podrían abonar más al maniqueísmo por lo que escuchamos en su aparición en las redes sociales.
López Obrador fue durante un buen tramo de su carrera política un tenaz opositor, en nuestros tiempos reporteriles en los años noventa lo entrevistamos en Morelia, él figuraba como dirigente nacional del Partido de la Revolución Democrática, en 1997 a su entonces partido le correspondió cosechar diversas posiciones en las cámaras legislativas, ejerció un estilo pragmático de buenos resultados en términos generales.
La oposición actual no atina, luce ruinosa y carente de cuadros de convocatoria, digamos que les hace falta un cuadro con ciertas características como lo fue en su momento Andrés Manuel López Obrador, porque las cúpulas partidistas coleccionan un fracaso tras otro, en las elecciones de los últimos años han perdido en la inmensa mayoría de plazas.
El Partido Acción Nacional luce diezmado ideológicamente, sus grandes tribunos ya son parte de un pasado que al parecer es lo mejor que le queda al albiazul, ideólogos de peso tampoco los tiene, algo ha sucedido que no avanza, acaso mantiene algunos bastiones como Guanajuato.
El Partido de la Revolución Democrática sobrevive en algunas entidades como Michoacán, en el ámbito local y sin mayores pretensiones porque la inmensa mayoría de su militancia parece que no ha terminado de hacer el éxodo a Morena, sitio que, al parecer, es el destino perredista.
En Michoacán el PRD estuvo al frente del gobierno estatal con cuadros muy diferentes entre sí, por ejemplo, Lázaro Cárdenas Batel, Leonel Godoy Rangel y Silvano Aureoles Conejo. Actualmente despacha el morenista Alfredo Ramírez Bedolla.
El Partido Revolucionario Institucional parece que va directo a ser uno de tinte testimonial, en calidad de bonsái porque la errática manera de conducir al tricolor de parte de su dirigente nacional Alejandro Moreno Cárdenas así lo exhibe. El PRI fue un partido fundado desde el poder para el poder por el en aquellos años el jefe máximo Plutarco Elías Calles, se mantuvo 71 años consecutivos en la cúpula con todo y las modas sexenales, lo mismo con personajes de izquierda como Lázaro Cárdenas o Adolfo López Mateos o de la derecha como Miguel de la Madrid y Carlos Salinas de Gortari.
Alejandro Moreno Cárdenas profiere insultos al igual que sus cercanos en las cámaras legislativas, buscan el pleito y dichas exhibiciones son lo opuesto a la auténtica política que es antagónica a la violencia y más bien proclive al debate de las ideas.
Una oposición en crisis y un partido oficial, todos juntos reflejan contrastes en sus propios cuadros, con ideologías no muy claras porque parecen tender más al pragmatismo. El fin justifica los medios, como en el subconsciente nos lo parece decir el manual maquiavélico.







