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jueves, noviembre 20, 2025

REVOLUCIÓN Y ACTUALIDAD

Transcurrieron 115 años de la revolución mexicana, un movimiento que reflejara algunas de las aspiraciones fincadas durante dicho trance en la Constitución Política de 1917, el evangelio laico promulgado el 5 de febrero del citado año. Dicha gesta motivó la renuncia del presidente Porfirio Díaz en 1911, aunque la lucha la habrían de librar los caudillos que se confrontarían entre ellos, Emiliano Zapata, Venustiano Carranza, Álvaro Obregón y Plutarco Elías Calles, solo por mencionar algunos nombres de la nomenclatura revolucionaria.

Francisco I. Madero fue el presidente de la revolución, proclamaba la democracia, aunque fue evidente su falta de oficio político que resultaría letal tras la traición del chacal Victoriano Huerta.

Madero no logró cambios sustantivos, no se detalló un programa de gobierno ambicioso, fueron muchas las inercias unidas a un pasado reciente de privilegios a unos cuantos, la prensa de la época cuestionaba severamente al mandatario que ganó la presidencia, aunque nunca tuvo realmente el poder.

El lema maderista sufragio efectivo no reelección ya lo había hecho suyo Porfirio Díaz décadas anteriores cuando buscó la presidencia contra su ex jefe Benito Juárez. La decena trágica acabaría con la vida de Francisco I. Madero y del vicepresidente José María Pino Suárez.

La historia previa a 1910 no presentaba antecedentes propiamente democráticos por diversas razones o sin razones: Antonio López de Santa Anna estaría 17 años en el poder, Benito Juárez 15 y Porfirio Díaz 31. La revolución impactó hondamente a México, al final la lucha fue entre caudillos, Francisco Villa, Álvaro Obregón, Emiliano Zapata, Venustiano Carranza; entre otros; al final quienes se asumieron ganadores son los norteños que proclamaron el Plan de Agua Prieta.

La Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos promulgada el 5 de febrero de 1917, en el teatro de la República de Querétaro, recogía reclamos de la etapa revolucionaria, tal fue el evangelio laico escrito por hombres libres. Con Lázaro Cárdenas cobró una gran importancia el reparto agrario que había sido bandera en 1910, principalmente por las demandas de Emiliano Zapata. Algunos señalan que la historia es un diálogo del pasado con el presente.

Podríamos afirmar que la revolución de 1910 demandó democracia y justicia social, un cambio de régimen, otro modelo de participación política que ahora sugiere un nuevo pacto que se puede alcanzar con la unidad nacional que actualmente parece una utopía por el alto grado de polarización imperante que se mantiene.

Actualmente, los escenarios violentos en nuestro país parecen multiplicarse, el asesinato de Carlos Manzo, ex alcalde de Uruapan así lo registra, lo mismo ha sucedido con dirigentes de productos cítricos en Michoacán y los saldos sangrientos en diversas plazas del territorio nacional, el Estado mexicano tiene una larga lista de desafíos que probarán de qué están hechos nuestros cimientos como nación, por ello el recordatorio de la revolución de 1910.

Hace falta otra práctica de la política, acaso retomar las propuestas idealistas de corte socrático y platónico en la Atenas clásica en donde los filósofos que anhelaban una forma de gobierno denominado aristocracia, proponían que los sabios ejercieran en poder. Ellos indicaban que la finalidad de la política no es otra que la felicidad del pueblo, aunque Nicolás Maquiavelo con su visión realista excluía la ética y la moral porque se trataba de la lucha por el poder.

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