Desarrolla el éxito a partir de los fracasos; el desaliento y el fracaso son los peldaños al éxito:
Dale Carnegie (1888-1955) Escritor estadounidense
Como si no fueran suficientes los problemas por los que atraviesa la Universidad Michoacana, Jaime Hernández Díaz, ex rector, estaría deslizando la posibilidad de buscar la destitución de la rectora Yarabí Ávila.
Audios que han comenzado a circular, revelan que en lo que parece una charla informal, Hernández sugeriría, medio broma y medio en serio, que la Comisión de Rectoría, que él preside, pudiera maniobrar para destituir a Ávila, designando a “un valiente” que le quiera entrar, lo que propiciaría de facto que hubiera dos rectores, dado que se da por descontado que la actual mandamás nicolaita buscaría la protección legal para no ser removida. Hernández reconoce que sería arbitrario e irresponsable actuar de esa forma, pero advierte que la Comisión podría jugársela.
Tengo, o tenía, por un tipo no solo preparado sino mesurado y equilibrado a Hernández Díaz, de ahí que me resulte altamente decepcionante y frustrante descubrirlo en esos lances. No puede juguetear con la idea de generar el caos y una crisis de dimensiones insospechadas en la Universidad, con la troglodita sugerencia de impulsar dolosamente el quiebre de la vida institucional de la Casa de Hidalgo.
La irracional sugerencia se daría en el marco de la reforma al régimen de jubilaciones (de la que sigo sin encontrar en qué afectaría a la comunidad nicolaita), aunque quizá lo que esté calando hondo entre los integrantes de la Comisión de Rectoría, es que la reforma contempla una severa reducción en sus atribuciones, a grado tal que ya no sería la que resuelva la designación de rector cada cuatro años. Esa es la única tarea seria y trascendente de la Comisión. La reforma la reducirá a un mueble que estorba enmedio de la sala. Eso explicaría pero desde luego no justificaría su preocupante reacción.
Es de esperarse desde luego que su “sugerencia” no pase de una mera ocurrencia y que nadie más de la Comisión le secunde. Cabeza fría es lo que se demanda hoy en la Universidad, no medidas que solo provocarían una crisis de insospechada proporción.
X@jaimelopezmtz
