Si bien sus problemas de sequía son cíclicos y se presentan cada 3 ó 4 lustros, en esta ocasión el fenómeno que se abate sobre el Lago de Cuitzeo parece ser catastrófico, convirtiendo su lado poniente en una zona literalmente desértica con predicciones de catástrofe y signo inequívoco del cambio climático.
El fenómeno ocurrido en el segundo lago más importante de México tendrá, irremediablemente, un impacto ecológico, social y económico en la zona, sin que exista por ahora, al menos a la vista, una estrategia que coadyuve a revertir los efectos de la degradación de la cuenca.
Más que en otros años, esta vez el Lago de Cuitzeo parece transitar hacia una de las peores tragedias ecológicas no solamente de México sino del mundo, sin que exista por ahora una reacción gubernamental ni científica ante el fenómeno.
El deterioro ecológico del Lago de Cuitzeo tendrá un efecto negativo no únicamente para los 10 municipios de Michoacán que Integran la cuenca, sino también para los cuatro o cinco del lado de Guanajuato en el mismo espacio, además del desequilibrio que provocará en el centro del país y que de alguna manera quedará reflejado a mediano plazo por la pérdida de recursos en flora y fauna por la desecación del Lago de Cuitzeo.
Es urgente que desde el aparato gubernativo federal y estatal se convoque a un foro desde el cual se establezcan las acciones efectivas -si es que las hubiera- para revertir los efectos de la catástrofe que no es menor.
Por ahora el efecto se percibe en el lado occidente del Lago el cual ha quedado convertido, literalmente, en un desierto, pero de seguir el fenómeno no pasará mucho tiempo en que todo el espejo de agua desaparezca.
