Con su decisión, directora de la clínica de Tacícuaro arriesga a que los enfermos propaguen el virus
Contagiarse de COVID-19 y lograr obtener una incapacidad en el IMSS (Instituto Mexicano del Seguro Social) es todo un calvario para un trabajador que tiene que cumplir con el trámite ante la empresa o centro de trabajo para el que labora.
Así lo han convertido por lo menos en la Unidad de Medicina Familiar (UMF) Número 84 del IMSS ubicada en Tacícuaro, localidad de Morelia, dejando de lado una de las principales medidas sanitarias para romper la cadena de contagios que es el aislamiento.
Y es que las personas que están adscritas a esa clínica, y que dan positivo al coronavirus y buscan obtener la incapacidad, son obligadas, a excepción que estén internadas en algún otro hospital, a ir a tramitarla ellas mismas, poniendo en riesgo su salud pero también la del resto de las personas, en su traslado, incluso a las personas que están en la clínica.
Aún y con un resultado positivo de un laboratorio particular, obtener la incapacidad a través de la página web, donde a nivel nacional los trabajadores con COVID-19 la han obtenido del IMSS, aquí es prácticamente imposible, y buscar que un familiar la trámite, como sí es posible en las otras clínicas del IMSS de la delegación Morelia, también es prácticamente nulo.
A la entrada de la UMF en Tacícuaro, se instaló un filtro en donde se pregunta a los derechohabientes el motivo de su visita, si es por COVID-19, sospecho o ya con una prueba positiva, se le indica pasar a una sala de espera, casi a la entrada para ser atendido.
Así, si la persona no va para ser atendida por COVID-19, tiene que esperar en la parte de afuera para ingresar a los consultorios de médicos generales.
Cabe destacar que el filtro se limita a poner gel antibacterial, sin tomar la temperatura y se le pregunta a las personas si no tienen algún síntoma como fiebre, dolor de garganta o dificultad para respirar, para poder ingresar.
Ya una vez los pacientes para ser atendidos por la enfermedad de COVID-19, tienen que esperar de 3 a 4 horas en la sala de espera, donde personas que van por una prueba y quienes ya llevan resultado positivo de COVID-19, se mantienen en un espacio cerrado por un amplio lapso de tiempo, poniendo en riesgo su salud e incluso generar contagios.