Lo que parecía un aliciente, se convirtió en un regreso a la incertidumbre del no descenso
Todo parecía un guión de las pasadas victorias de Monarcas, un primer tiempo del rival, atajadas espectaculares de Sosa, contragolpes cardíacos de los morelianos, los ingresos del “Pípila” y de Luis Gabriel Rey.
Incluso hubo un tiro libre sobre el final que prometía frustrar la salida de los Tapatíos a la Minerva, pero llegó el alargue, ahí parecía todo dentro del libreto todavía puesto que Sosa y su actuación hacían pensar a la afición michoacana que pararía los penales contrarios.
El primer tiro desde los once pasos parecía confirmar los sueños de la monarquía, puesto que Sosa lo frustró ante un estadio atónito, mientras al otro lado de una pantalla gigante en el Centro de Convenciones y Exposiciones de Morelia, 2 mil 300 almas oraban por la gloria de una final ganada.
Sin embargo, unos minutos después, la moneda se volteó; Sosa no pudo con los tres tiros siguientes y los de Morelia fallaron dos al hilo, lo cual dejó todo en los botines del máximo goleador en activo del fútbol mexicano, Luis Gabriel Rey, quien la noche de este miércoles no pudo alargar su cuenta.
Entonces, aquello que parecía sería una rápida carrera a Las Tarascas se convirtió en una lenta caminata al estacionamiento y de ahí a casa a volver a lo cotidiano, la liga y la lucha por el no descenso. (RED 113 MICHOACÁN)
