Morelia acaba de festejar un año más de su fundación, que se remonta a ya cerca de cinco siglos.
La ciudad de Morelia, capital del estado de Michoacán, podemos verlo todos los días, es uno de los centros históricos y culturales más importantes de México. Su fundación remonta al siglo XVI, en un contexto de expansión y consolidación del dominio español en el territorio novohispano. Originalmente concebida como un proyecto de colonización y evangelización, la ciudad ha atravesado una profunda evolución que la ha transformado en un emblema de la historia virreinal y de la lucha por la independencia mexicana.
Antes de la llegada de los conquistadores españoles, la región donde hoy se asienta Morelia estaba habitada por pueblos indígenas, principalmente purépechas y pirindas, que mantenían una estructura política organizada en torno al señorío de Tzintzuntzan.
Los españoles, conscientes del valor estratégico de la región por su cercanía con el centro del país y su fertilidad agrícola, pronto comenzaron a establecer asentamientos de españoles. En este contexto, surgió la necesidad de fundar una ciudad que pudiera servir como núcleo administrativo, religioso y económico para la zona central de Michoacán.
La ciudad fue oficialmente fundada el 18 de mayo de 1541 con el nombre de Valladolid, en honor a la ciudad española del mismo nombre, practica muy común en los tiempos de la conquista. La fundación fue autorizada por el virrey Antonio de Mendoza, primer virrey de la Nueva España. La ubicación definitiva fue seleccionada después de intentos fallidos en otros sitios, como Pátzcuaro y Tzintzuntzan, que no ofrecían las condiciones geográficas ni políticas ideales para una capital duradera y también con el disgusto del obispo de Michoacán, Vasco de Quiroga.
Con el estallido del movimiento independentista en 1810, Valladolid adquirió una nueva dimensión histórica. En ella se formaron y educaron varios de los líderes insurgentes, como el ya mencionado Hidalgo y José María Morelos y Pavón, quien nació en la ciudad en 1765. Debido a la destacada participación de los vallisoletanos en la lucha por la independencia, el Congreso de la Nación decidió en 1828 cambiar el nombre de la ciudad de Valladolid a Morelia, en honor a Morelos, uno de los más grandes héroes nacionales; no siendo la ciudad la primera de México en recibir este nombre, como ya lo documento en una columna anterior hace algunos meses.
Hoy en día, Morelia se distingue por su riqueza patrimonial, su tradición universitaria y su papel como centro político y cultural de Michoacán, siendo una joya conservada de los tiempos virreinales y que apenas hace unos días festejo un año más de su fundación.