EL CONFLICTO INNECESARIO
El conflicto que está viviendo la Secretaría de Seguridad Pública en la entidad, que en un principio se enfocaba en peticiones muy específicas sobre mejorar su equipamiento, sobre asuntos administrativos y laborales, como bonos y prestaciones, ya avanzó al siguiente nivel, ante el incumplimiento de lo acordado por parte del gobierno estatal, los policías de la Guardia Civil vuelven a movilizarse y ahora también demandan la destitución del titular de la dependencia José Alfredo Ortega Reyes.
Y es que no es para menos, los policías inconformes de la Guardia Civil, no veían el depósito del Bono conocido como Banbajío, que se otorga por el cumplimiento de leyes al personal operativo.
Esta tarde, según anuncio del gobierno del Estado se dispersó en su totalidad el adeudo, en atención a uno de los acuerdos establecidos en una mesa de negociación entre autoridades y policías de la GC y la diputada Margarita López Pérez.
Como pasa comúnmente en un movimiento de esta naturaleza y ante la desatención oficial, el conflicto creció innecesariamente y se contaminó, convirtiéndose en un problema que ha pasado de lo laboral a lo político.
Lo que sí es una realidad, es que sus condiciones de trabajo se agravan con la falta de apoyo legal y administrativo. Los policías reportan que son enviados a operativos sin oficios de comisión, lo que los deja sin protección legal en caso de incidentes. Pero también denuncian abusos y represalias por parte de sus superiores.
Quedó de manifiesto durante las manifestaciones de esta semana, las múltiples irregularidades de que son objeto. Por ejemplo, los agentes denunciaron que ellos deben financiar por su cuenta las reparaciones y el mantenimiento de las patrullas, incluyendo la compra de llantas y otros componentes mecánicos y en ocasiones pagar hasta la gasolina.
¿Cómo esperan las autoridades estatales que la Guardia Civil realice un trabajo adecuado de protección a la ciudadanía si los tiene trabajando en esas condiciones?
Pero como vivimos en el Estado gobernado por autoridades que dicen que todo está bien, que no pasa nada, que ya se está atendiendo, las cosas no pueden mejorar.
