CLAUDIA, AHORA O NUNCA
La presidenta Claudia Sheinbaum está viviendo un verdadero predicamento que la tiene muy consternada, no sabe si seguir obedeciendo las instrucciones de su mentor López Obrador sobre el trato contra a los grupos del Crimen Organizado, o atender los reclamos sobre migración y el combate a los cárteles, de Donald Trump.
La presidenta está obligada a tener una buena relación con Estados Unidos y eso debe cumplir, a regañadientes, los deseos del mandatario estadunidense.
Si Trump dice que las cosas van muy bien con México, eso indica que están cumpliendo con sus reclamos de manera inmediata, pese al discurso nacionalista de defensa a la Patria que promulga la propia presidenta y los caudillos de la 4T.
Como ejemplo un dato, la presidenta Claudia Sheiunbaum, envió una solicitud al Senado de la República, para la autorización del ingreso al territorio nacional de una delegación de tropas militares de los Estados Unidos de América, conformada por 11 elementos instructores del 7/o. Grupo de Fuerzas Especiales del Comando Norte de los Estados Unidos.
En la exposición de motivos de la solicitud, señala que el objetivo es el entrenamiento y reforzamiento de las capacidades de operaciones especiales de la Secretaría de Marina, a través de adiestramiento en ejecución de tácticas, técnicas y procedimientos de combate. La solicitud fue aprobada por el Senado.
Esta disposición, abre la puerta para que, en el futuro, cuerpos especiales de la DEA, el FBI y las Fuerzas Especiales de EUA, puedan ingresar a territorio nacional a combatir a los grupos delincuenciales en coordinación con las autoridades mexicanas.
Otra muestra de la total subordinación de la presidenta hacia Trump, es la autorización para el aterrizaje de cuatro aviones de la Fuerza Aérea estadunidense repleto de indocumentados de diversas nacionalidades a territorio nacional, mientras que Colombia y Brasil se negaron a el aterrizaje de estos aviones por considerar que el trato hacia los migrantes por parte de Estados Unidos, es indigno.
Independientemente que la presidenta Sheinbaum quisiera actuar diferente, está totalmente subordinada a los deseos de Trump, aunque en su mañanero, la arenga sea de defensa de la soberanía y el, “más si osare”.
La presidenta debería considerar que se le está presentando una oportunidad única de pacificar al país, aceptar la “cooperación” de Estados Unidos para terminar de una vez por todas, con esta sangría que sufre el pueblo de México, ¿acaso la presidenta no quiere el bienestar del pueblo?
Pasaría a la historia como la presidenta, la mujer que recobró la paz y prosperidad de nuestra nación, eso si la haría una verdadera líder, una visionaria, una verdadera Jefa de Estado con miras y de la que todos los mexicanos nos sentiríamos muy orgullosos de ella.
Presidenta, es ahora o nunca que se desligue de los compromisos de su mentor y comience a trazar un camino propio, que demuestre la grandeza de las mujeres mexicanas.