LIBERTADES EN PELIGRO
Diversos periodistas, columnistas y analistas han alzado la voz para advertir sobre los riesgos de diversas medidas aprobadas y adoptadas en diversas partes del país que alertan sobre amenazas a la libertad de expresión.
La reciente aprobación de una reforma en Puebla, señalada por activistas y periodistas como “Ley Censura”, la denuncia de persecución por parte de Jorge González Valdez, exdirector del portal Tribuna y la imposición de medidas cautelares contra Héctor de Mauleón, por parte del Instituto Electoral de Tamaulipas, han encendido el debate nacional sobre los límites a la libertad de expresión en México.
Lo cierto es que México atraviesa una amenaza real a la libertad de expresión, impulsada por un creciente autoritarismo por parte de Morena y sus gobiernos, que prefieren el halago a las voces críticas. Aunado a ello, los regímenes autoritarios temen la crítica y buscan imponer un discurso homogéneo, sin diversidad ni discrepancia.
El actual gobierno de la 4T evita debatir argumentos en diálogo abierto y prefiere la vía judicial y administrativa para silenciar críticas. Esto no solo ataca la libertad de expresión de los profesionales, sino que amplía la represión al ciudadano común.
El ejemplo más claro del autoritarismo con que se conduce el Gobierno Federal, se dio este día al enterarnos de que la oficina de la Presidencia emitió un nuevo reglamento que modifica la dinámica de participación en las conferencias matutinas encabezadas por la presidenta Claudia Sheinbaum.
Entre los cambios más significativos destaca la eliminación del tradicional sorteo para determinar qué reporteros ocuparán las primeras filas o podrán realizar preguntas.
De acuerdo con el documento entregado a los medios acreditados, a partir de ahora serán asignados los 16 asientos de las dos primeras filas —ocho para mujeres y ocho para hombres— a quienes lleguen con mayor anticipación. Sin embargo, esta ubicación no garantiza que puedan formular preguntas durante la conferencia, ya que la designación quedará a criterio directo de la mandataria.
Además, se establece que las intervenciones no podrán exceder los cinco minutos y queda prohibido generar “intercambios de opinión” con la presidenta. La Coordinación General de Comunicación Social hizo firmar de recibido el nuevo reglamento, de cinco páginas, a cada reportero presente.
De ese tamaña es el control a la libertad de expresión que quiere imponer el gobierno de la 4T; pero que no les quede duda de que les será difícil acallarnos, son cientos de voces las que denunciamos día a día, el despojo y destrucción a nuestras libertades y a nuestra democracia; tendrán que usar el poder, sobre la razón, para silenciarnos.
