Hundirán dos fragatas de la Segunda Guerra Mundial como arrecifes artificiales
El Estado se prepara para ofrecer buceo de altura: dos fragatas de la Segunda Guerra Mundial serán hundidas como arrecifes, generando un hábitat recifal que favorezca la reproducción de corales y organismos marinos, y dinamice la pesca y el turismo subacuático.
En colaboración con la Secretaría de Marina Armada de México (SEMAR), Alejandro Méndez López, titular de la Secretaría de Medio Ambiente en Michoacán (SEMA), formalizó el proyecto de sumergir las fragatas Bravo y Galeana.
Los estudios de impacto ambiental en la zona de inmersión están en marcha, explicó Méndez López, y definirán el punto costero donde el ecosistema se beneficiará al máximo.
El funcionario admitió que la fecha de hundimiento dependerá de dichos estudios, aunque confía en que será a lo largo de este año.
Para garantizar un entorno limpio, las autoridades estatales y federales desmontan los buques y eliminan residuos de aceite, combustible, asbesto y otros elementos contaminantes.
Las fragatas Bravo y Galeana, dedicadas al combate en la Segunda Guerra Mundial, fueron retiradas de servicio por SEMAR y entregadas al Estado hace aproximadamente un año y medio.
Cada buque tiene 150 metros de eslora, 30 metros de manga y 50 metros de calado, dimensiones ideales para la adopción de hábitats subacuáticos.
El cronograma prevé sumergir primero una fragata y cuatro meses más tarde la segunda.
Méndez López añadió que, además de estas embarcaciones, podrían emplearse otros objetos sumergidos para ampliar la red recifal, propiciar la biodiversidad y consolidar a Michoacán como epicentro de snorkel y buceo ecológico.


La ceremonia solemne tendrá lugar este próximo 25 de abril en Catedral de Morelia en punto de las 12:00 horas del día, por lo que se ha extendido la invitación a todos los fieles y las personas que quieran asistir para despedir desde aquí al Santo Padre, según lo anunció Monseñor Carlos Garfias Merlos arzobispo de Morelia, quien refirió que «estamos en un tiempo de alegría Pascual por la Resurrección de Jesús, pero con dolor por la partida del Papa Francisco», pero un dolor que deja esperanza porque él ya retornó a la Casa del Padre.
