El 23 de marzo se cumplieron treinta años del asesinato de Luis Donaldo Colosio Murrieta, miles de páginas se han escrito en torno al atentado sombrío que ha quedado como una fecha fatídica porque constituyó un acto oscuro que dio cuenta del horror y la negación de la política porque la violencia es el rostro opuesto a la misma.
1994 fue un año en el que dijeron que los demonios andaban sueltos porque diversos acontecimientos así parecían indicarlo desde el primer minuto, levantamiento zapatista, crimen contra Colosio, asesinato de Francisco Ruiz Massieu, el error de diciembre de 1994 que detonó en una gran crisis económica.
El salinato dejaba una herencia trágica, aunque hay una verdad legal siempre han prevalecido hipótesis diversas respecto al crimen contra el que fuera candidato del Partido Revolucionario Institucional, en todo caso imperó la duda que se quedó como un elemento permanente. Al final vivimos en el tiempo de la posverdad.
Ya se han cumplido 30 años del atentado perpetrado en Lomas Taurinas, tres décadas, lapso en el que no se han dejado de contar historias, se han filmado películas y no se ha concluido el debate alrededor de quien fuera candidato del Partido Revolucionario Institucional. Un hecho oscuro, infamante lo calificaría el entonces presidente Carlos Salinas de Gortari.
Colosio Murrieta fue candidato a la presidencia, figuró como senador, diputado federal, secretario de estado y conocía las entrañas de su partido al que encabezó en los inicios de la gestión de Carlos Salinas de Gortari en la presidencia de México, quien fuera su jefe e impulsor.
Las hipótesis en torno al asesinato de Colosio fueron múltiples, de inicio dijo el primer subprocurador especial para el caso, Miguel Montes, que se trató de un acto concertado, posteriormente diría que fue un asesino solitario, es decir Mario Aburto actuó solo. En los últimos tiempos se reabrió el debate al respecto.
Luis Donaldo Colosio pronunció un recordado discurso el 6 de marzo de 1994 en la explanada del PRI en el marco de su aniversario, algunos interpretaron dicho mensaje como rupturista con Carlos Salinas de Gortari, fue un texto emotivo, literario y con referencias evangélicas, algunos dicen que tenía una influencia del que pronunciara Martin Luther King en 1963 intitulado Tengo un sueño.
Ya 30 años transcurrieron de la tragedia en Lomas Taurinas en la fronteriza ciudad de Tijuana, las percepciones son diversas, decir que pudo ser un gran presidente es una especulación porque no llegó a dicho sitial, la desconfianza en la clase política antes y ahora es manifiesta por ello se debate con relación a las conclusiones legales. Pueda ser que se haya dicho la verdad legal aunque no se creyó en amplios sectores y por múltiples motivos.
Alguien dijo que en 1994 los demonios se soltaron ante la violencia desmedida que pareció gangrenar el cuerpo social de México. Luis Donaldo Colosio Murrieta se asocia a la tragedia, al intento y promesa de los cambios democráticos que en aquel entonces fueron abruptamente cancelados, reiteramos que al final pervive la desconfianza en torno a la verdad legal.
Actualmente estamos en un proceso electoral que demanda paz y certidumbre, aunque ya han sido asesinados algunos aspirantes a cargos de elección popular, ese fantasma de la incordia e inseguridad no ha dejado de vagar en la geografía mexicana. En todo caso nuestro país, como lo expresó hace 30 años Colosio Murrieta tiene hambre y sed de justicia.
